El caballo Andaluz o Pura Raza Español (P.R.E) es originario del sur de España, si bien su procedencia no puede establecerse con absoluta fiabilidad. Existen distintas teorías sobre la aparición de esta raza, pero parece claro que las distintas ocupaciones que ha sufrido la Península Ibérica a lo largo de su historia, trajeron como consecuencia la mezcla de razas equinas.
Hipótesis sobre el origen del Caballo Andaluz
Sobre el origen del caballo Andaluz (generalmente se llama Andaluz al que más correctamente se le debería llamar caballo español) se han formulado muchas hipótesis: hay quién le hace descender del Berebere y del Árabe, introducido en España en la época de la dominación árabe, a través de repetidos cruces con ejemplares locales, especialmente con los ponys.
Por el contrario, hay quien no duda en hacerle descender del Equus ibérico que encontraron los Romanos en sus campañas de conquista, y que pasó en una época prehistórica a través del istmo que entonces unía los dos grandes continentes, el estrecho de Gibraltar, desde España al Norte de África, dando origen incluso al mismo Bereber.
Tampoco hay que olvidar, entre las otras hipótesis posibles, las dos mil yeguas de carga númidas traídas a España, a través del mar, por el cartaginés Asdrúbal. De todas formas, entre los varios supuestos, el verosímil es el primero. El Andaluz dominó el campo de la cría equina desde el siglo XII hasta el XVII, imponiendo su supremacía, disputada sólo por el caballo Árabe. La raza andaluza ha influido sobre todo en muchas de las más ilustres razas europeas, incluso a través del caballo Napolitano, que deriva del Andaluz. Hay que recordar, en cualquier caso, la huella que imprimió en un pasado hoy lejano y los indicios que ha dejado de una forma tan evidente en las modernas razas equinas.
En el siglo XIV, la orden de los cartujos, fundada por San Bruno siglos antes, se instala en Jerez, donde levanta el monasterio de la Cartuja. Allí, los monjes se hicieron cargo de sementales perfectamente cruzados entre caballos árabes y nativos, logrando así unos ejemplares de especiales características y de hermosa estética: los cartujanos, que definen a los Pura Raza Españoles. Podríamos decir que es en este momento cuando aparece el caballo Andaluz tal como lo conocemos hoy.
Elegancia e inteligencia
El P.R.E. es un animal de singular e indiscutible belleza. Posee una cabeza mediana y muy elegante, con un perfil suavemente convexo y con la parte naso-labial terminada en punta. Los ojos expresan una gran vivacidad, son grandes y están implantados oblicuamente. Las orejas son de tamaño mediano y muy móviles.
El cuello es muy robusto y musculoso, bastante grueso en su inserción con el tronco, y las espaldas son amplias y descendentes. Posee unos posteriores anchos y unas extremidades finas, pero fuertes. En general podemos decir que tiene un cuerpo bien proporcionado.
Pero, sin duda, un rasgo característico de su belleza es la espesa crin que posee. Es muy abundante y, a veces, ligeramente ondulada, lo cual dota al animal de una elegancia sublime. La cola también es muy tupida y se inserta bastante baja. La alzada (altura a la cruz) del P.R.E. oscila entre 1,50 y 1,65 metros.
La capa puede variar pero, con diferencia, la más frecuente es la torda. Le sigue en importancia numérica el castaño encendido, siendo menos frecuente el castaño claro y el bayo, y es rara la capa negra, y por ello muy valorada. No se admiten en el patrón racial las capas alazana, isabela, ni pía.
Caracteres funcionales
El atributo más destacado del caballo Andaluz es, sin duda alguna, su temperamento, consecuencia de un perfecto equilibrio biológico. Este animal no manifiesta reacciones bruscas ante los estímulos, ni por el contrario, apatía o linfatismo.
Es un animal muy dócil, de fácil trato, no sólo cuando está entrenado, sino también cuando permanece en reposo. Al mismo tiempo, presenta un carácter vigoroso y sobrio y posee una excelente capacidad de respuesta. Todo ello, unido a su belleza, le hace ser un caballo ideal de silla, y es muy demandado como 'caballo de placer'.
En caso de enfermedades, especialmente si se trata de alteraciones digestivas, se recupera en un tiempo menor que otras razas, como el Pura Sangre Inglés (P.S.I.) o el Árabe. Además, soporta bien el calor, las privaciones de agua y el cuidado deficiente.
Un carácter excepcional
Por último, hay que destacar otra importante cualidad del caballo Andaluz: su inteligencia. Tiene gran capacidad de aprendizaje y buena memoria, por lo que acepta diferentes domas y se adapta a multitud de servicios, como animal de silla y para enganches. Asimismo, la vistosidad y elegancia de sus movimientos, le hace apto para exhibiciones variadas, tales como rejoneo, doma vaquera, de alta escuela y paseo.
Por todo ello, en los últimos tiempos, los criadores de P.R.E. han venido esforzándose y seleccionando sus reproductores para la obtención de un tipo de caballo funcional, con buenos movimientos y aptitudes para el deporte.
Así, esta raza, que goza ya de gran prestigio, va adquiriendo cada año en España, y en general en Europa, un mayor número de adeptos, que defienden y apoyan el crecimiento y reconocimiento de este bello y noble ejemplar que es nuestro caballo Andaluz.
Imágenes: javierdevilman, _MaRiNa_ / Flickr