Lo más curioso de este gesto solidario es que una de las caras del refugio da hacia una de las ventanas de la casa, por lo que pueden ver a los inquilinos que acuden a resguardarse.
La familia ha bautizado el ingenio como "gatoacuario".
Aquí unas fotos donde la familia humana y los felinos disfrutan observándose mutuamente.
Una buena forma de ayudar a los gatos y de dar ejemplo a los niños.
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