Artículo de Marco Menéndez, tomado de El Comercio.es
Imagen del lince boreal facilitada por la Guardia Civil de Oviedo. / E. C.
Una serie de denuncias presentadas por diferentes asociaciones ecologistas y conservacionistas sobre la venta de animales amenazados en distintos comercios y a través de internet dio pie a la intervención del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Oviedo. Su inspección se tradujo en el decomiso de varios animales y la tramitación de hasta 36 expedientes sancionadores, cuatro de ellos por importación, exportación, comercio, tenencia o circulación de especies de fauna y flora silvestres protegidas por el Convenio Internacional de Especies Protegidas y Amenazadas, conocidas como especies CITES.
Estas actuaciones se enmarcan dentro de la operación "Cobra III", que se desarrolló entre el 30 de marzo y el 10 de mayo. Como consecuencia de las inspecciones realizadas por el Seprona, se localizaron, según explicó la Benemérita a través de un comunicado, un lince boreal, un águila calva, un mochuelo europeo, varios halcones peregrinos y loros, así como una piel de leopardo de Namibia.
El control documental de estas especies CITES derivó en la tramitación de las referidas cuatro denuncias, así como otras dos en materia autonómica de sanidad y bienestar animal. Además, coincidiendo con la operación "Cobra III", el Seprona tramitó 16 denuncias por infracciones a la normativa estatal o autonómica sobre animales de compañía y otras 14 por infracciones a la normativa sobre razas caninas peligrosas.
Colaboración ciudadana
El Seprona, que destaca la importancia de la colaboración ciudadana para la conservación de la flora y fauna silvestre, recuerda que tanto la normativa estatal como la autonómica «prohibe la liberación al medio natural de especies exóticas invasoras por afectar gravemente a los ecosistemas y al resto de especies autóctonas».
En muchos casos, los ciudadanos pueden desconocer que los animales con los que comercian están considerados especies CITES, ya que se trata de unas 5.000 especies de animales y unas 30.000 de plantas. Todas ellas están subdivididas en tres apéndices según el grado de amenaza debido al comercio internacional, pero en ocasiones se incluyen grupos enteros, como los primates, los cetáceos, las tortugas marinas, los loros, los corales, los cactus y las orquídeas.
En la actualidad, 180 países han suscrito esta Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, que cooperan activamente para proteger ciertas especies de una explotación excesiva. Hay que tener en cuenta que estos países persiguen de forma decidida el comercio tanto de especímenes vivos como de abrigos de piel o hierbas disecadas.