Hace un tiempo, Elena Lenina se hizo tristemente famosa por teñir a su gato de rosa para que fuera a conjunto con uno de sus modelitos y triunfar en una fiesta. Donde no triunfó demasiado, y con razón, es en las redes sociales: más de 30.000 firmas de internautas piden que se la condene por maltrato animal. Algunas fuentes indicaban, incluso, que el gatito murió por la ingestión del tinte al lamerse el pelaje en su higiene diaria, por suerte, no es cierto, y el minino sigue vivito y coleando y, por suerte, en otra casa.
Foto de Molly hecha por Vito Fun usada con licencia Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)
Modas horribles
Por lo visto, teñir a los gatos de colores o incluso peinarlos de manera extravagante es una costumbre cada vez más extendida en China y Rusia, donde incluso existen peluquerías y salones de belleza dedicados a embellecer a los ya de por si perfectos gatos. De rosa, verde flúor, de cebra o tigre, de dragón o serpiente… hay looks para todos los gustos.
No lo tiñas, él no lo haría (Sora sí lo haría)
Por supuesto, aunque sus partidarios digan que teñir el pelo de nuestros gatos no es nocivo, ya que los tintes están hechos a partir de ingredientes naturales, no es algo para nada recomendable. El hígado de los gatos funciona de manera diferente a, por ejemplo, los perros, ya que les resulta imposible procesar algunos químicos, con lo que resulta de lo más fácil que se intoxiquen con cualquier cosa. Por eso, no sólo no hay que teñirlos, sino que también hay que tener cuidado con cualquier cosa que pueda causarles una intoxicación, como los collares, ropa…
En Gato Vago somos partidarios de la belleza natural. Ni los gatos ni ningún otro animal necesitan embellecerse con nada.
Os pasamos unos enlaces por si queréis informaros más sobre el tema: Vida y Estilo, Pet Health Network y Daily Mail.