Sí, como leéis. No hay por qué usar los tirones para pasear con nuestro perro. Si se le educa de forma adecuada no hará falta castigarle. Porque la mejor manera de criar a una mascota es sin violencia.
La clave está en educar al perro para que sepa llevar la correa sin forzar a su dueño. Para esto debemos seguir unos pasos.
Hay que tomar la iniciativa. Nosotros somos los que sacamos al perro a la calle y no viceversa.
Por eso, él no debe entender que tirando conseguirá llegar donde quiere. Cuando salgamos, si el perro quiere llegar a un lado lo hará sin que le dejemos tirar. Si empieza a hacerlo, nos pararemos.
Otra medida es cambiar la dirección del paseo si continúa tirando. Así tampoco llegará donde desea. Durante los primeros paseos debemos ir a sitios que no sean los favoritos del perro.
Cuando variemos la dirección tenemos que llamar la atención del can. No hay que tirar sino hacerle un gesto de complicidad que le relaje. Hay que recordar que aunque le estamos educando, se le saca para que disfrute del paseo y haga ciertas cosas. A la larga, todo esto nos dará frutos.
Las correas extensibles se deben evitar. El perro debe ir con una correa larga y holgada y si queremos que vaya cera de nosotros se lo debemos indicar. También podemos premiar con comida al amigo si se porta bien.
Con estas técnicas de adiestramiento positivo, nuestro perro aprenderá sin sufrir.