Artículo de María Consuelo Polo Delgado, tomado de El País.com
Los "bous a la mar".
Tres novillos se han ahogado en los "divertidos" bous a la mar, cuyos espectadores se lo han pasado en grande viendo cómo los pobres animales se debatían en un medio hostil tratando de salir del agua. También es muy divertido ver cómo los toros corren despavoridos portando sobre su cornamenta materia inflamable que arde y les quema los ojos. Otra variedad de diversión es arrastrar a un toro ensogao por la cabeza y que los "intelectuales" del pueblo tiren de la soga a un lado y otro.
El "toro embolado".
En El Escorial (Madrid) han celebrado la "tradicional" becerrada popular en honor de la virgen de la Herrería; solteros y casados han lidiado hasta la muerte a unos becerrillos no mayores que un perro grande, cortándoles las orejas aún vivos. Una espantosa carnicería consentida y apoyada por las autoridades municipales.
El "toro ensogado".
Y en septiembre seguirán alanceando al toro de La Vega, en Tordesillas.
No hay un pueblo que diga "basta" a esa barbarie. ¿Qué políticos nos están gobernando? Tendríamos que cambiar la odiosa palabra "tradición" por la de "compasión".