Los felinos domésticos saben que disponen de comida y un buen techo cuando quieran, pero desterrar su afición por el aire libre es algo complicado teniendo en cuenta la naturaleza de los gatos. La noche supone para nuestro animal de compañía un atractivo desafío, lleno de riesgos y peligros que no correría si se mantuviera en tu vivienda. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que estos peligros te pueden llegar a repercutir a ti, a los tuyos o a otros animales a través del contagio.
Por otro lado, está comprobado que los gatos que viven en casa duran mucho más tiempo que los que salen a la calle. Se trata de un dato escalofriante, teniendo en cuenta que estamos hablando del doble, ya que un gato callejero vive 10 años y uno doméstico, 20.
Examínale de forma exhaustiva
El contacto con la calle implica que tu animal pueda coger parásitos que le hagan la vida imposible. Se recomienda que, cuando llegue a casa, lo sometas a una exhaustiva limpieza dándole un baño. Mírale con detenimiento por si tiene pulgas -que además de producir picaduras para absorber la sangre, pueden trasmitirle enfermedades procedentes de otros animales en los que haya estado el parásito-, sarna -producida por varios ácaros. Se contagia por contacto directo y produce un gran malestar en nuestro minino- o garrapatas -que realimentan de su sangre adhiriéndose a él. Hay que quitarlas con cuidado porque si se queda la cabeza dentro, se reproducirá-.
Hay algunas enfermedades que también son muy serias aunque no sean infecciosas. Si notas a tu mascota magullada y con síntomas de traumatismos es posible que haya sido atropellada, golpeada o, simplemente, se haya caído. Otra de las consecuencias posibles es la intoxicación: ingestión de alimentos extraños, basura, resto de comida, agua no potable, etc. Igualmente, las picaduras de animales venenosos son otra fuente importante de tóxicos.
El temporal juega malas pasadas
Las condiciones climáticas forman parte de un foco significativo de dolencias que hacen que los animales no acostumbrados a ellas puedan llegar a sufrir. Las temperaturas extremas son capaces de provocar en el felino hipotermias (en climas muy calurosos) o estado de congelación (con temperaturas muy frías).
Es aconsejable que no salgan al exterior en ningún momento porque se enfrentarían a tormentas de agua o de nieve que empeorarían su salud. Además, correría el riesgo de quedar atrapado por la nieve o en cualquier otra trampa, lo que puede agravar la situación.
Vacúnale rigurosamente
Tu amigo necesita una serie de vacunas para prevenir todas estas infecciones. Hay que aplicárselas de forma rigurosa porque, de lo contrario, un despiste puede suponer un mal trago. Sigue el calendario de vacunas de modo preciso: ayudará a que tu felino esté seguro y sea feliz.
En este sentido, las vacunas son eficaces a la hora de evitar que sus enfermedades se transmitan a las personas o a otros animales, así que no sólo le protegen a él, sino que también es un seguro para el resto de los componentes de la familia.
Recomendaciones para que esto no ocurra
El primer y el principal consejo es que no es recomendable para el gato salir al exterior y, en consecuencia, hay que evitarlo. Se trata de un animal doméstico que está acostumbrado a la vida hogareña y al cariño de los suyos. Si siempre ha estado en cautividad, seguramente no surja la necesidad de explorar lo desconocido. En la pubertad, se despierta la curiosidad del felino. Para que esto no ocurra, lo más habitual es castrar al animal, pero también hay otras soluciones.
El hecho de que a tu mascota desee algo de libertad, puede ser llevado a la práctica bajo nuestra supervisión para que no ponga en juego su integridad física. La cercanía de un parque vallado o de una zona tranquila sin ruidos, tráfico y excesiva suciedad, será el sustitutivo perfecto al ansia de vida callejera. En el mercado, tenemos a nuestra disposición correas especiales para sacar a pasear a nuestro minino.
Hay que apuntar que no es lo mismo dejar salir a tu pequeño amigo a un medio natural que a una cuidad. Percatarse de este aspecto es fundamental porque las condiciones que se dan en cada uno de estos sitios son completamente diferentes (semáforos, coches, cables, zonas privadas, etc.). Señalar por último que toda mascota necesita un hogar acogedor, donde se sienta cómodo. Prueba a jugar con él varias veces al día, para mantenerlo entretenido. Recuerda que la responsabilidad de tu mascota es tuya y no suya.