Una segunda posibilidad es que respondan al dramático aumento de la electricidad estática que aparentemente antecede a los terremotos. En los humanos también hay respuesta a esos cambios, pero es más vaga e inespecífica. Hablamos de tensiones o palpitaciones en la cabeza en tales ocasiones, pero no podemos distinguir esas sensaciones de las que sentimos cuando tenemos un día de tensiones en el trabajo o quizá cuando estamos por resfriarnos. Entonces no podemos descifrar las señales en forma exacta. Y todas las probabilidades son que los gatos sí pueden hacerlo.
Una tercera explicación considera que los gatos tienen una increíble respuesta a los súbitos cambios de los campos magnéticos de la Tierra. Cambios de ese tipo son los que acompañan a los terremotos. Tal vez las tres reacciones ocurren al mismo tiempo: la detección de minúsculos temblores, la actividad electrostática y trastornos magnéticos. Una cosa es segura, los gatos se han puesto intensamente agitados repetidas veces, justo antes de que sucedieran importantes terremotos.
Los dueños de gatos que se dan cuenta de los temblores de sus mascotas, pueden llegar a deberles la vida. En muchos casos se ha observado que de repente los gatos tratan desesperadamente de salir de la casa, para escapar.
Una vez que les abren la puerta, huye! aterrados del edificio. Algunas hembras van y vienen llevando a sus gatitos a un lugar seguro. Entonces, unas pocas horas más tarde, comienza el temblor y arrasa los edificios. Eso ha sido informado una y otra vez en las zonas más vulnerables con terremotos y ahora se hacen serias investigaciones para analizar con exactitud cuáles son las señales que recibe el gato. Respuestas similares se han registrado cuando los gatos han precedido erupciones volcánicas o tormentas eléctricas muy serias. A causa de esa excepcional sensibilidad, frecuentemente les han atribuido poderes sobrenaturales.
En la Edad Media eso traía a menudo la ruina de los gatos, ya que muchos morían quemados a manos de supersticiosos cristianos que creían que estaban poseídos de un “conocimiento antinatural”.
El hecho de que ahora sepamos que ese conocimiento es totalmente natural, no lo hace menos maravilloso, por algo les dicen que tienen 9 vidas los gatos.