Y si pudiera desatarme el velo de los ojos, dejarlo caer y no pensar que “yo sé”. Y observarla… ¡Cuánto aprendería!
Y si pudiera limpiar mis oídos y escuchar lo que está tratando de decirme con sus acciones (tanto las que me gustan como las que no). Y mirarme también a
mí misma y ver si hago algo que la perturba ¡Cuánto crecería!
Y si pudiera compartir la batuta y explorásemos la vida juntas… ¡Qué tan apasionante sería!
Y si pudiera guardar un momento del día para jugar con ella y olvidarme de mis responsabilidades disfrutando el momento presente ¡Qué tando más feliz
y menos estresada estaría!
Y si pudiera parar antes de chillarle o de quejarme porque ha hecho algo de mi desagrado, sonreír y pensar cómo puedo no empeorar la situación ¡Qué
de oportunidades hermosas surgirían!
Y si pudiera pensar en su felicidad antes que en mi comodidad ¡Que llena me sentiría!
Y si pudiera ¿Conseguir que no me robe la comida?
Puedes seguir esta lista como tú quieras. Es el primer paso para tener la relación que quieres con tu perra o con el mundo animal en general. Definir tus deseos y ver cuál es el primer y más sencillo paso que puedes dar hacia ellos.
Y así, un pasito detrás de otro construir junto a ellas la vida que queremos. Porque es posible vivir una vida en armonía con la naturaleza y con nuestros amores peludos. La mayoría de las veces sólo tengo que pararme y preguntarme ¿hacia dónde estoy yendo? ¿Estoy construyendo o destruyendo la posibilidad de que se realicen mis nobles deseos? Y continuar o recalcular la ruta.
Esta sencillez traducida en experiencias reales puede parecernos bastante más compleja y en ocasiones difícil de aceptar. Pero en el fondo, siempre que regreses a la lista de tus deseos y tus valores, y siempre que esa lista esté en armonía con tu sentir verdadero, se abrirá un camino ante ti. Un camino hacia el encuentro con la naturaleza y tu compi animal.
¡Que tengáis un 2021 lleno de experiencias que os acerquen y os hagan disfrutar!
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