Foto: www.globedia.com
El instructor canino Javier Rodríguez Cano y el perito en odorogía forense Mario Rosillo presentan sus avances en Valencia. Los canes consiguen detectar la enfermedad gracias a la importante capacidad que tienen de guardar en su memoria los diferentes olores.
Artículo de José M. Ortuño, tomado de Las Provincias.es
Los perros se han convertido en un novedoso método para detectar enfermedades oncológicas. El gran olfato de los canes adiestrados sirve en muchos lugares del mundo para localizar algunos tipos de cáncer como el de ovarios, el de próstata o el de pulmón. Para los animales es tan sólo un juego que conlleva su merecida recompensa. Para las familias de los afectados, un salvavidas.
El instructor canino de adiestramiento en Valencia, Francisco Javier Rodríguez Cano, junto con el perito en odorogía forense, Mario Rosillo, presentaron ayer en el Centro de Investigación Príncipe Felipe este método científico que se usa sobre todo para resolver crímenes, incluso tras varios años puesto que las huellas del olor perduran en el tiempo, pero que también se ha demostrado que ayuda a la hora de descubrir tumores.
«Lo que hacemos es condicionar al perro con muestras de gente que sufre esta enfermedad. Trabajamos durante varios meses para lograr que guarde los olores en su memoria a largo plazo y así, cuando huele a una persona con cáncer sabe de inmediato que lo padece. No necesita más de cuatro o cinco segundos», explica Rodríguez.
«Estos animales tienen una gran facultad para discriminar olores gracias a la cantidad de neuronas olfativas que posee y a la capacidad de su corteza cerebral, que le permiten distinguirlos», añade, por su parte, Rosillo.
Es similar a cómo se trabaja para detectar homicidios, aunque en el caso de los delitos lo que utiliza el can es su memoria a corto plazo. «Le ponemos seis frascos. Cinco de ellos son malos, mientras que el otro contiene muestras del sospechoso. Si se acerca y coincide con lo que ha olido en la escena del crimen, se sienta
enfrente», apunta el veterinario, quien también asegura que esto también sirve para hallar «tumores o para detectar drogas».
Entrenamiento. Un perro de Javier Rodríguez oliendo
muestras. / LP
En otros países ya se usa el método que ambos pretenden implantar en la Comunitat. Por ello, ayer lo presentaron en el Príncipe Felipe. «Es un sistema que se utiliza en Estados Unidos, Francia o Inglaterra y se quiere implantar en países latinoamericanos», aseguran.
«Es positivo porque se trata de una técnica de detección no invasiva que está fundamentada ciéntificamente», insiste Rodríguez. «Para lograrlo es fundamental que el animal cuente con un alto instinto de caza, que tenga esa especialización, y que le guste jugar. En estos momentos, la mejor perra que tenemos en las protectoras, de todos modos, es mestiza», aclara.
En cuanto a la técnica utilizada para detectar enfermedades oncológicas, Rosillo afirma que lo que hacen es sacar «muestras con gasas de las personas a través del orín o la saliva. La patología ha quedado guardada en la memoria a largo plazo de los perros y, por tanto, pueden detectarla. Se acerca y se sienta frente a la que sufre algún tumor. Pueden descubrir varios tipos».
El adiestrador asegura que la capacidad de los canes «es brutal a la hora de separar las distintas moléculas que hay en las gasas. Para ellos es simplemente un juego que nosotros le recompensamos con premios». En ese sentido, el veterinario añade que el perro lo que hace «es excluir los olores que no le interesan, los que no ha entrenado previamente y se centra en los que tiene memorizados» para detectar a los enfermos. «Luego, a la persona se le realizan otros estudios».
Esta técnica se usa en los aeropuertos -y en controles- para descubrir drogas, pero como advierte Javier Rodríguez, «en algunos países como Argentina también se utiliza desde 2003 para encontrar plagas que se encuentran en fases iniciales. Cuando todavía son larvas imperceptibles para la vista humana pero que ya están dañando a las plantas en las que se encuentran. Aquí podrían utilizarse los perros para hallar la mosca de la fruta que afecta a los cultivos valencianos».