Pues hay dos razones de peso. Los perros grandes suelen ser menos dominantes que los perros pequeños. Esto es así porque los perros de raza pequeña están condicionados por sus propietarios que, sin ser conscientes, los hacen valientes, dominantes y gruñones. A los perros pequeños se les tiende a cargar en brazos, a los perros grandes no, ¡pesan mucho!. Pues esa manía de cargarlos en brazos constantemente provoca en perros pequeños el desarrollo de un temperamento, vamos a llamarlo, de altivez… Así que, frente a un Gran Danés, un San Bernardo o cualquier otro perro grande bonachón, no tendrá reparos en hacerle saber cuál es la cama que debe elegir, aunque ésta sea pequeña. Pero, ojo, porque esta conducta también se da en los gatos. Todos conocemos el temperamento de los gatos, y ante un perro, no se achantarán, bien al contrario, sabrán ponerlo en su lugar.
Pero, también puede darse el caso de que aunque la cama sea pequeña, el perro grande se encuentre más seguro y protegido ahí, y prefiera esa cama anque no quepa que la cama grande.
¿Sorprendido o sorprendida? Al fin y al cabo, lo único que quieren los perros es dormir en algún sitio que consideren seguro y donde se sientan protegidos, aunque no quepan y aunque a nosotros, tenemos que ser sinceros, nos haga mucha gracia la comparación… y, a la vez, nos depsierte un sentimiento de ternura.
¡Y es que cuanto más grandes más bonachones!