Si eres de las personas que acostumbra a dejar a tu perro atado fuera del establecimiento, ya sea en el aparca perros, o en su defecto, la farola que por casualidad está delante de la tienda, deberías tener en cuenta estos peligros:
- Tu perro está sin vigilancia. Esto significa que puede pasar de todo: desde que con los tirones se suelte y escape pudiendo ser atropellado, pueda ser robado (hay un ola de robos últimamente de perros que los secuestran para peleas clandestinas, independientemente de la raza), pueda ser golpeado (no es la primera vez que un perro atado es golpeado por algún transeúnte inhumano), envenenado, etc.
- Tu perro puede ser una molestia para los vecinos. Si es un perro ansioso y no está acostumbrado a estar atado y solo, puede empezar a gemir y ladrar con la molestia que puede ocasionar a los vecinos de las casas u otros establecimientos.
- Tu perro puede causar un accidente. Son muchos los incidentes o accidentes que ocurren con perros que están atados a las puertas de un supermercado: desde el niño que lo va a tocar y recibe un mordisco, desde la anciana que no ve la correa y se tropieza con ella, etc.
Es fundamental que tengas en cuenta todo lo que puede pasar en cuestión de minutos. Ya sea a la compra o a tomarte algo en algún bar, jamás dejes a tu perro sin vigilancia ante la puerta del establecimiento. La policía recibe numerosas denuncias relacionadas con estas situaciones que son totalmente evitables por nuestra parte.
En este sentido, más vale prevenir que lamentar.
Sandra Ferrer.
Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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