Un gato comienza a ronronear a partir de los dos años de edad. Para los gatos, el ronroneo es una especie de comunicación entre la madre y sus cachorros. Para la mamá es mucho más simple saber que sus hijos están felices por medio de la sensación auditiva.
Cuando los gatitos nacen, aun son ciegos y sordos y además cuentan con una capacidad olfativa muy débil. Ellos son capaces de saber dónde está su madre por medio del ronroneo, lo que les permite acercarse a ella cuando quieran.
Cuando los gatos pueden ronronear, lo usan para crear con la madre un vínculo más cercano. Este momento es muy importante entre los gatos y sus madres, ya que les permite intercambiar sentimientos de tranquilidad y cariño.
Cuando los gatos ya son adultos, usan su ronroneo para poder conciliarse con otros gatos.
En gatos adultos, el ronroneo también es utilizado como método de conciliación entre un gato subordinado y uno dominante, durante enfrentamiento.
En caso de que se pueda generar una pelea, el gato que no quiere pelear puede disminuir la tensión comenzando a ronronear, lo que hace que el gato agresivo tenga recuerdos de su infancia y eso le haga tener sensaciones muy placenteras.
Cuando las gatas son las que están ronroneando y ya son adultas es porque normalmente están en un cortejo. Cuando no está ningún gato macho presente, puede que solo se trate de un intento por reducir estrés o que incluso sea un periodo preagónico o justo antes de morir.
Aunque se ha creado el mito de que los gatos solamente ronronean en los momentos de mayor ansiedad, esto no es cierto, ya que también lo hacen en momentos de un estrés máximo. Por ejemplo, las gatas cuando están a punto de tener a sus bebés, emiten un ronroneo muy profundo e intenso. Algunos estudios han dicho que para los gatos el ronroneo es tiene un efecto curativo.
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