Las mascotas se convierten en miembros de nuestras familias, y no debemos olvidar cuidarlos apropiadamente. acerse cargo de un gato implica cuidar de su bienestar: vacunas, desparasitaciones y revisiones veterinarias que determinen su estado de salud.
No obstante, aunque creamos que estamos haciendo lo correcto para el crecimiento de nuestros amigos, las enfermedades siempre pueden aparecer. Es el caso de dermatofitosis, más conocida como la tiña felina. Se trata de una infección por hongos que afecta a la piel, al pelaje y a las uñas de los gatos (y en menor medida también a otros animales).
Deficiencias en la higiene, malos hábitos alimenticios, situaciones de estrés, el calor o la falta de luz solar son algunos elementos que contribuyen a debilitar el sistema inmunitario del felino, lo que le hace más vulnerable a esta enfermedad. Los síntomas más comunes son: caída del pelo en la zona afectada, agrietamiento de las uñas y morderse y rascarse en exceso.
Como para todas las enfermedades, la prevención siempre es lo mejor. Dotar a nuesto gato de un entorno limpio, ventilado y con luz solar es garantizarle una calidad de vida básica que permita su correcto desarrollo. Evitar la acumulación de polvo y bolas de pelo es fundamental para que no se creen posibles focos de la enfermedad.
Si intuimos que nuestro gato está enfermo, lo primero que debemos hacer es llevarlo al veterinario para que nos confirme qué es lo que ocurre. En caso de que esté contagiado, nos prescribirá procedimientos de limpieza con povidona yodada (para desinfectar y curar dolencias en la piel).
Una vez que sabemos que ha sido infectado, debemos evitar que se chupe la zona infectada, ya que eso hará que se extienda a otras partes del cuerpo. Las personas que mantengan contacto con el animal para curarle, lo deberán hacer con guantes de plástico y lavarse después con povidona yodada. Pues de esta manera la infección avanzará.
¿Alguna vez sus gatos han sufrido de esta terrible enfermedad?