MUTACIÓN DEL VIRUS
Como acabamos de señalar, solo una parte de los gatos infectados desarrollarán PIF. La causa exacta no se conoce con exactitud, pero sí conocemos factores que pueden facilitar esta mutación.
El principal es la respuesta inmunitaria del gato (sistema inmunitario deficiente/inadecuado). Si el gato presenta una inmunidad celular óptima las posibilidades de superar la infección son mayores para el gato. Sin embargo el virus puede mutar en situaciones que hacen que el sistema inmunitario del gato sea inadecuado, como pueden ser:
- Enfermedades concurrentes que producen bajadas de defensas como pueden ser la leucemia felina, inmunodeficiencia felina…
- Situaciones de estrés.
- Vacunaciones, especialmente cuando el gato no se encuentra del todo bien, o al coincidir con castraciones.
- Cirugías
CONTAGIO
La incidencia del virus es mayor en gatos jóvenes entre los tres meses y los dos años, aunque también hay una aparición en gatos entre los 5 años y 14 años (debido a la bajada de defensas de la edad). De hecho, el grupo de riesgo son los gatos jóvenes que ingresan en una población infectada (gato joven - gato enfermo).
Que el gato se infecte por el virus es muy frecuente en lugares donde conviven gran cantidad de gatos (colonias felinas, protectoras, albergues, criaderos…).
Un tipo de transmisión puede ser vía intrauterina, produciendo abortos y muertes neonatales.
La transmisión del virus es oro-fecal (heces, secreciones orales y nasales), también se han visto casos en los cuales una vía de transmisión es a través de la orina. La transmisión oro-fecal significa que el gato elimina el coronavirus a través de las heces, éstas son expulsadas al arenero o al medio ambiente, los gatos se infectan al ingerirlo cuando se acicalan e ingieren restos de material fecal, o comen de los comederos ya infectados por medio de las secreciones ya mencionadas.
El virus puede encontrarse en las heces desde el segundo día hasta un tiempo indeterminado, de días, semanas o un tiempo indeterminado. En algunos casos e un problema a la hora de prevenir la transmisión dado que el gato no puede mostrar todavía signos de la enfermedad. El mismo gato puede reinfectarse a partir de las heces de otro gato y puede excretar virus continuamente en ese caso.
SIGNOS CLÍNICOS
Las características iniciales del PIF suelen ser: fiebre fluctuante, pérdida de peso, anorexia y depresión.
Si se desarrolla la enfermedad el PIF se presenta como:
- Forma efusiva (húmeda): caracterizada por líquido en la cavidad abdominal (ascitis) y torácica (derrame pleural).
- Forma no efusiva (seca): caracterizada porque se ven implicados diferentes órganos. Los síntomas dependerán de la capacidad de los órganos afectados para realizar su función. Presentan lesiones granulomatosas en riñón e intestino. Las lesiones son más inespecíficas, dificultando el diagnóstico. El sistema nervioso central también puede verse afectado con síntomas como parálisis del tercio posterior, convulsiones, lesiones cerebrales, medulares. Lesiones oculares como uveítis, infiltrados perivascular en la retina, edema, vascularización corneal…
La supervivencia es menor en la forma húmeda dado que progresa más rápidamente, no sobrepasando los 2 ó 3 meses de evolución. De la otra manera la duración oscila entre días, meses, pudiendo llegar al año, pero como ya hemos dicho anteriormente en un alto índice tiene un fatal desenlace.
DIAGNÓSTICO
- Los análisis de sangre son muy útiles para excluir otras causas compatibles con PIF. Entre las alteraciones analíticas que podemos encontrar es un número de linfocitos bajo, anemia no regenerativa, niveles altos de globulinas y un cociente albumina globulina bajo, con niveles altos de proteínas y en algunos casos valores altos de bilirrubina.
- Análisis de líquido abdominal: se realizan mediante punción ecoguiada. El líquido suele ser de color amarillento con una elevada cantidad de proteínas y pocas células.
IMPORTANTE: la presencia de líquido abdominal libre no es patológico del PIF. Este líquido se debe analizar en el laboratorio para su confirmación: aunque si tras una radiografía abdominal y de tórax observamos líquido libre, las posibilidades son altas.
- Existen análisis para determinar si el gato ha estado expuesto a un FCOV (coronavirus felino), se llaman PCR, pero lamentablemente este análisis no permite diferenciar entre las distintas cepas de coronavirus más habituales y distinguir entre los mutantes responsables de PIF. Aunque dicha prueba fuera positiva tampoco nos daría información sobre si el gato puede desarrollar peritonitis infecciosa felina en un futuro.
Desgraciadamente, con un mayor índice de éxito, para confirmar el diagnóstico se realizan biopsias de tejidos afectados pero, normalmente ante la debilidad del gato, no se puede someterle a una toma de biopsia por lo que éstas se realizan una vez fallecido el animal (post-mortem). Sobre todo se realizan estas biopsias cuando se tratan de cuadros de PIF seco.
TRATAMIENTO
Desgraciadamente y hasta el momento no existe tratamientos curativos, sólo es posible tratamiento paliativo de mantenimiento. Actualmente se emplean tratamiento con inmunomoduldores, antinflamatorios, antibióticos y estimulantes del apetito.
MEDIDAS PROFILÁCTICAS- CÓMO PREVENIR Y CONTROLAR EL PIF
Dado que la transmisión es oro-fecal el mantenimiento y desinfección del entorno es fundamental. Unas malas prácticas de manejo de la enfermedad, junto con una mala higiene es fatal.
La erradicación total del virus en colonias felinas, criaderos, albergues y protectoras es difícil. El PIF es un problema en gatos alojados en grupo por el grado de contagio.
En criaderos, por ejemplo, se cree que es conveniente tener programas de reproducción en instalaciones totalmente aisladas del resto y con unas condiciones higienico sanitarias optimas y testar a las madres y a las crías.
Bandejas sanitarias cada dos gatos, limpiar y desinfectar todo.
Las heces de los gatos han de ser limpiadas todos los días (el virus puede estar en materia fecal seca incluso 2 meses)
Cepillado regular a razas de pelo largo, para intentar disminuir el riesgo de contagio por restos de heces o arena.
En colonias felinas, el ideal sería que los grupos no fueran mayores de cinco y que todos estuvieran testados y no introducir un miembro nuevo que no estuviera controlado. Lamentablemente esta opción es inviable en muchísima ocasiones.
En gatos caseros evitar el estrés es fundamental, por ejemplo a la hora de cambiar de domicilio, no aplicar vacunas el mismo día de la castración.
VACUNA CONTRA EL PIF
Existe una vacuna desarrollada en EE.UU comercializada en varios países. Se trata de una vacuna de aplicación nasal que se puede aplicar a partir de las 16 semanas de vida, siendo necesaria la inoculación de una segunda dosis a las cuatro semanas de la primera.
Si el animal está incubando la enfermedad la vacuna no será efectiva. Si el gato tiene PIF la vacunación no altera el curso de la enfermedad, pero puede ser útil en gatitos seronegativos antes de introduciros en un entorno endémico.
Es un artículo del CENTRO VETERINARIO REYES MAGOS
Centro quirúrgico especializado AHC
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