En España se crían alrededor de 40 millones de gallinas ponedoras, de las cuales el 98% viven hacinadas en jaulas en batería con un espacio no superior a una hoja tamaño DINA4 (un folio) en la que no pueden desarrollar sus instintos y necesidades más básicos como andar, estirar sus alas o picotear, incluso en muchos casos dado el es estrés al que están expuestas, les cortan los picos para que no ataquen al resto de gallinas. Este hacinamiento además provoca enfermedades a las gallinas que terminan con el sacrificio o muerte de las aves. Ninguna de ellas llega nunca a conocer el sol.
¿Qué podemos hacer nosotros para cambiar esto?
Algo tan sencillo como saber identificar los huevos que compramos y descartar los que provienen de gallinas enjauladas,como consumidores, nuestras decisiones pueden ayudar a mejorar las condiciones de las gallinas ponedoras escogiendo, en caso de consumir huevos, aquellos de gallinas no criadas en jaulas así como los productos que contengan estos huevos.
Lo ideal sería adquirir solo aquellos etiquetados como “ecológicos” (0), aunque los “camperos” (1) también son buena opción, pues aunque su alimento no está certificado como ecológico viven al aire libre con espacio suficiente. Si por algún motivo no se pudieran adquirir éstos sería conveniente al menos comprar los etiquetados como “criadas en suelo” (2) que aunque sus condiciones siguen siendo penosas siempre son más recomendables que las de gallinas en jaulas de batería (3)