El propósito de la ONG es buscar dueño a los perros que han sido retirados de servicio, tras varios años de trabajo ayudando al ser humano como guardianes, guías, bomberos o sabuesos.
Retired Dogs 112 recibe los perros de las unidades caninas de las fuerzas de seguridad, y contacta a las familias adoptantes con estos animalitos.
La historia comenzó con Brian, un pastor alemán que prestó servicio en fuerzas de seguridad durante años hasta que, por su edad y debilitamiento físico, debió ser retirado de su actividad, abandonando las tareas que siempre había hecho, empezando una nueva vida para la que no fue entrenado.
Rafa y sus hijos tomaron el caso de Brian como un desafío personal, y ahí se dieron cuenta que esa situación se repetía en todos los perros que se retiraban de los servicios. Rafa prefiere no revelar su apellido, porque trabaja en la policía catalana. Allí es que entró en contacto con Brian, y se puso a pensar que, si para él, un ser humano, el retiro sería difícil, cuanto más difícil sería para Brian.
Brian, claro, fue adoptado por Rafa y sus hijos. Todos tienen una absoluta admiración por este perro, veterano de mil batallas, con muchas proezas en su historial. Así y todo, Brian tardó sólo dos meses en acostumbrarse a su nuevo rol de mascota.
Rafa decidió aplicar su experiencia a solucionar las dificultades que tienen los perros jubilados para conseguir un hogar. Si bien algunos cuerpos tienen previsto en sus normas el destino de los perros que se retirarán del servicio, otros no tienen nada legislado. Muchas veces son adoptados por sus guías, y a veces son ellos los que les buscan un hogar.
Retired Dogs 112 trabaja bajo el lema “Ellos nos han servido, nosotros les buscamos hogar”. Su objetivo es que ninguno de los perros de servicio jubilados quede sin hogar, precisamente en una edad en la que su estado físico empieza a declinar.
La organización ya tuvo muchísimos casos en los que gracias a su intervención se logró que el ser humano devuelva algo de lo que estos animales le dieron.
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