El entrenamiento de los perros de asistencia empieza muy temprano, incluso antes de su nacimiento, pues aunque cualquier perro puede llegar a ser de asistencia, el entrenamiento para ello es muy largo y costoso, así que la selección inicial es muy estricta. Las razas más comunes son Labrador, Pastor Alemán y Golden Retriever, pero en realidad cualquier raza o mezcla podría ser un buen perro de asistencia.
Las cualidades psicológicas necesarias para que un perro llegue a ser un buen perro de servicio son entrenabilidad, carácter tranquilo y buen temperamento, mientras que físicamente necesitan gozar de buena salud y estamina. La preparación de un perro de asistencia puede empezar tan pronto como antes de nacer, seleccionando aquellos progenitores cuyas aptitudes son óptimas para ejercer la labor. Una vez han nacido, los cachorros serán sometidos a estimulación temprana, que aumenta su capacidad de aprendizaje, la conducta de juego y exploratoria y la tolerancia al estrés así como su conducta gregaria interespecífica (en este caso con personas).
Una vez los cachorros son destetados, comienza lo que se denominaría el período de socialización, durante el cual el animal deberá ser expuesto a todos los posibles estímulos a los que se enfrentará en el futuro. Así, tendrá que perder el miedo a ruidos explosivos, tráfico, muchedumbres, música estridente… y ser capaz de interactuar con personas y otros animales desconocidos sin miedo. En esta época, los futuros perros de asistencia deberían entrar en contacto con gente con la que finalmente terminarán trabajando, pues la forma de interactuar de esas personas no es la misma, y muchas veces no se mueven ni hablan como lo hace la mayoría, y el perro no debería desconocer ese tipo de conductas. Así, por ejemplo, durante esta época, un perro que va a ser entrenado como perro de asistencia para niños autistas debería enfrentarse a los gritos, trato rudo y conductas estereotipadas que muestran estos niños. Durante todo el período que va desde el destete hasta la madurez sexual el animal aprenderá la base para que luego, con el adiestramiento adecuado, pueda llegar a ser un animal excepcional.
El adiestramiento propiamente dicho comenzará cuando los futuros perros de servicio pasen de cachorros a jóvenes, pues es cuando su capacidad de aprendizaje es máxima. Este adiestramiento y su duración depende del tipo de asistencia que prestará finalmente, diferiendo si luego ayudará a una persona en silla de ruedas, una persona ciega o un diabético.
En 1936 surgió el término desobediencia inteligente en el adiestramiento de perros-guía. Este término hace referencia a que en determinadas situaciones, el perro de servicio tiene que diferenciar la orden que le está dando su dueño y la decisión correcta para la integridad de éste. Así, por ejemplo, un perro-guía se negará a seguir la orden de continuar que le puede dar su dueño si el semáforo todavía está en rojo para los peatones. Adiestrar a un perro a ser capaz de juzgar las distintas situaciones y proceder de la mejor forma para su dueño es una labor difícil, con un ratio de fracaso muy alto. Por esta razón la mayoría de los centros de adiestramiento de perros de servicio tienen listas de espera.
Tipos de perros de asistencia
De forma amplia, se podrian diferenciar varios tipos:
Perros-guía: usados por las personas ciegas o con visión reducida. Fueron los primeros perros de asistencia.
Perros de señalización de sonidos: se usan para alertar a las personas sordas o de oído disminuído de sonidos importantes como alambras, timbres, teléfonos…
Perros de servicio: adiestrados para ayudar en los casos de minusvalías físicas, realizando tareas como abrir y cerrar puertas, encender y apagar luces, recoger objetos del suelo… Además de ayudar a personas en silla de ruedas, un tipo de perros de asistencia llamados “walker dogs” sirven de ayuda a personas que caminan con autonomía pero necesitan apoyo esporádico, como en casos de enfermos de Parkinson y esclerosis múltiple.
Perros de aviso médico: específicamente entrenados para la detección precoz de ciertas patologías médicas como variaciones en los niveles de glucosa en sangre o la inminencia de un ataque epiléptico.
Perros de asistencia al autismo: encargados de proporcionar autonomía a los niños que sufren de autismo a través de ayuda en las labores ordinarias así como mediante la ‘presión profunda’ en situaciones que pueden ser estresantes para ellos. En estos casos, debido a la especial percepción sensorial de los niños con autismo, las razas tradicionales como el Labrador o el Golden no pueden ser usadas por la textura de su pelo
Perros de asistencia psiquiátrica: muy usados en EEUU para veteranos de guerra que sufren Síndrome de Estrés Post-traumático, también pueden usarse en casos de esquizofrenia.
La próxima vez que veas un perro de servicio, aprecia su labor pero no le distraigas. Está trabajando.
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