En este post hablaremos de los falsos mitos sobre el comportamiento canino, y conceptos erróneos que pueden incrementar las probabilidades de que una mascota desarrolle problemas de conducta y pueda acabar en eutanasia o abandono.
Mito 1: “Los cachorros no deben relacionarse con otros perros hasta que se hayan puesto todas las vacunas porque si no caerán enfermos.”
A pesar de la creciente cantidad de datos que apoyan los beneficios de una sociabilización adecuada y la proliferación de cursos para cachorros, muchos veterinarios continúan siendo escépticos sobre la seguridad de estas clases y la importancia crítica que tienen para la salud a largo plazo de s us pacientes. Las clases suelen ser impartidas en interior, siendo muy fáciles de desinfectar, y lo normal es que estén restringidas a cachorros de aproximadamente las mismas edades y similares vacunaciones que hacen improbable el brote de enfermedades.
Los perros son más capaces de formar nuevas relaciones con miembros de su especie y otras y de adaptarse a los estímulos del entorno durante su periodo de sociabilización, que suele ser entre las 4 y las 14 semanas de edad. Durante este periodo, los cachorros comienzan a mostrar sobresalto ante el ruido y movimientos repentinos y comienzan a adoptar posturas corporales que demuestran el miedo. Los cachorros que no se sociabilizan no aprenden a distinguir las cosas que son realmente peligrosas de las que no. Estos cachorros son más propensos a tener un miedo cada vez mayor a entornos, gente y objetos nuevos. Una sociabilización adecuada durante este periodo es vital para fomentar la tolerancia de los perros hacia gente y animales desconocidos y a que pierda el miedo a nuevos entornos y situaciones.
Los dueños de mascotas tienen que ser educados sobre lo que constituye una correcta sociabilización. Simplemente llevar a un cachorro a un parque y dejarlo suelto con un grupo de perros no es necesariamente sociabilizarlo. Una adecuada sociabilización significa exponer al animal a nuevos estímulos de manera que no les causen miedo y debería ser una experiencia divertida y positiva. Muchos propietarios fuerzan a sus perros a interaccionar cuando el perro ya está mostrando señales de miedo. Estas interacciones forzadas solo sirven para convencer a los perros que esa situación en particular es terrorífica y la evitarán en el futuro.
Unas clases para cachorros bien preparadas y gestionadas son la manera más fácil de exponer al perro a gente, perros y situaciones nuevas. En unas buenas clases para cachorros, éstos serán expuestos a niños, hombres uniformados y sombreros, sillas de ruedas, paraguas y otros estímulos a los que el cachorro nunca será expuesto dentro del hogar. Cada vez es más fácil encontrar sitios donde realizar estos cursos, en los que además de aprender a relacionarse sin miedos aprenden unas normas de conducta y comportamiento básico.
Mito 2: “Los dueños locos tienen mascotas locas”
Es sorprendente la cantidad de veces que se oye un comentario como éste. Los estudios han demostrado que personalidades de las que podría esperarse una contribución a problemas de comportamiento de las mascotas, éstos no se producen. Estos estudios también han demostrado que la conducta y los problemas de comportamiento tienen una fuerte influencia genética.
Es cierto que el entorno y las experiencias de un perro contribuyen a su comportamiento, pero rara vez son las únicas causas de un problema de conducta. Atribuir al dueño la culpa de los problemas de comportamiento de su mascota es erróneo en la mayoría de las ocasiones. Otra cosa sería que muchos propietarios maleducan a sus mascotas, no les dan la disciplina necesaria ni les ponen las barreras que todo animal social necesita, con lo cual al cabo de un tiempo el perro presenta problemas de dominancia. Pero estos problemas de dominancia en algunos animales no se derivan de la personalidad psicológica de su dueño, sino de una mala educación.
En el próximo post seguiremos analizando los mitos y leyendas más comunes sobre el comportamiento animal.
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