Por Elsie Carbó
grillosazules@gmail.com
De un tiempo acá se han difundido ciertos rumores en las redes sociales sobre la utilización de animales afectivos en negativos rituales religiosos, o sea, las mascotas domésticas, preferiblemente de colores oscuros o negros, con la nefasta consecuencia de que aparecen decapitados o cercenadas algunas zonas de sus cuerpos, en cualquier zanja o esquina de la ciudad, como ocurrió no hace mucho con un perro que era habitual en una zona en Tulipán y fue encontrado sin cabeza en la línea del tren cercana al lugar.
Como quiera que ya tenemos bastantes estropicios con la entrada al país del famoso caracol africano, también por los diferentes motivos religiosos que todos sabemos, y no lo digo yo, lo afirman las constantes declaraciones al respecto que se hacen oficialmente, estamos ante actos atrozmente graves y que involucran no solo a los amantes y defensores de los animales, sino a la población en su conjunto, por lo que ya es hora de tomar medidas drásticas y tipificar quien o quienes son estos grupúsculos o personajes aislados que violan impunemente los verdaderos preceptos de las religiones y cultos de origen africano que se asientan desde tiempos remotos en Cuba, y castigar como es debido tan horrendos procederes.
En principio me negué a creer en la veracidad de tales mutilaciones a infelices animales por retrógrados y criminales, pero han sido suficientes los testimonios verbales y en fotos que ya pasan de ser casos aislados para convertirse en ritos macabros entre ciertos practicantes, y conociendo a cabalidad que quienes profesan religiones ancestrales como la Yoruba no incluirían ni perros ni gatos entre sus sacrificios, doy por sentado que quienes obran de esta manera están al margen de todo código moral y humano.
Sobre este aspecto, por suerte, ya se discute y analiza en concilios respetados de babalawos cubanos sobre la manera de abolir las matanzas de aquellos animales que por tradición se han dedicado a las deidades. Ejemplo de eso han sido las diversas reuniones que se han celebrado en La Habana, una última fue la charla del Oluwo Raufe Montalvan, celebrada en la Casa Tomada MirArte, en Calle 43/130 y 132, Marianao, quien se refirió entre otras cosas a la no necesidad de sacrificio animal en la Regla Oshá-Ifá, amparada con un buen consenso y propuestas de mucho interés para la comunidad creyente.
Conozco que existen ya muchas casas de santo que consideran que sus deidades no están para causarle sufrimiento ni torturas a las criaturas vivientes a cambio de milagros o favores, por determinadas vicisitudes, bien económicas, sociales o de salud, para las que no son necesarias ni el derramamiento de sangre, el dolor y la angustia causada, ni los abismales gastos en que incurren los incautos creyentes que caen en las manos de ciertos timadores. Entonces si ya no es insólito hacer una consulta con un babalawo por internet o bajar un espíritu por las redes sociales, es natural que lo orichas evolucionen con los tiempos modernos y puedan prescindir de las ofrendas de sangre para conceder sus asistencias.
Así las cosas habría que preguntarse a qué se debe el retroceso que estamos observando en nuestra sociedad? Nos llevaría esta involución cultural a pensar como factibles aquellos sacrificios humanos que civilizaciones de antaño como la Azteca practicaron como ofrenda para sus dioses? En qué nos estaríamos convirtiendo? En nuestro caso se sabe que estas deformaciones de los sentimientos, que pudieran ser sicopatías o sencillamente transgresiones, no son imputables a la mayoría de la sociedad, que prácticas tan monstruosas y fuera de toda ley humana o moral no son compatibles con la población trabajadora y honesta de ninguna comunidad cubana, sin embargo, también se sabe que quienes amparados por la impunidad, el ocultismo, la incultura de unos cuantos y la ambición de dinero de otras, son capaces de cometer actos crueles y repudiables con animales, son capaces de robarlos o sustraerlos de casas ajenas y de centros de trabajo, o aquellos que deambulan por las calles, así tengan o no un propietario que vele por ellos.
Conozco de primera mano algunas historias y es por lo que me he decidido a poner las cartas sobre el tapete para hablar de lo que ya no es solo un rumor porque se ha convertido en un serio clamor popular, y es que los amantes y protectores de animales repudiamos rotundamente este tipo de vandalismo que solo tiene un rumbo, y es llenar de temor a las personas de buena voluntad causándoles malestar e inseguridad, y esa vaga sensación de que vivimos sin límites ni confianza en nuestras instituciones de salvaguarda, de que no se toman medidas represivas con los delincuentes que nos exponen a cada paso a topar con el espectáculo de un cadáver animal degollado y putrefacto, como aquel que dejaron en la línea del tren que pasa cerca de Tulipán y que según afirman, pertenecía a una unidad militar enfrente del policlínico 19 de abril.
Por todas estas razones y otras tantas que tienen que ver con los abusos y maltratos que se cometen contra los animales, los grupos protectores cubanos rechazan este tipo de conducta social por considerarla inadecuada e incompatible con las ideas altruistas y respetuosas para con la vida que rige la Revolución. De alguna manera habrá que ponerle fin a este tipo de conducta que daña la imagen del país, lo hace vulnerable a la violencia doméstica como trasfondo de este proceder, y no ayuda en nada a la buena formación de nuestros niños y jóvenes.
En manos de las organizaciones e instituciones encargadas de velar por estos eventos quedaría la solución de ellos, tanto para los seudo-religiosos que mancillan sus creencias tergiversándolas, como para los que por ignorancia entran al país elementos dañinos a nuestra agricultura, fauna y hasta la salud de las personas, como bien se ha dicho por el Ministerio de Salud Pública. Pero sin una Ley que castigue a quienes amparados en la oscuridad y el desconocimiento practiquen estos absurdos rituales poco podemos esperar, esto solo sería un alerta para quienes toman esos caminos creídos en que la sociedad civil no los condenaría.
En Cuba se erradicó hace muchos años el oscurantismo y los falsos litúrgicos donde se deshonran y vilipendian los cultos de origen africano, si todos contribuimos a denunciar a los autores estamos defendiendo nuestra idiosincrasia y nuestra identidad. Decimos no a la barbarie, decimos no al maltrato, al abuso, a la violación y nos oponemos a la matanza indiscriminada de animales para rituales religiosos. Ya bastante sufrimiento le causan al planeta las afectaciones naturales y los cambios climáticos, para que también seamos nosotros culpables si el futuro nos depara...esta desidia cultural