Por Elsie Carbó
Este domingo 21 entregué en adopción tres cachorritos de 20 días de nacidos de los seis que llevé a la Feria de Adopciones que el Grupo de Protección Animales de la Ciudad, más conocido por PAC, organiza en el Parque Almendares. Si no es récord al menos son tres bocas menos que alimentar para la mamá que ya no tiene leche. Me satisfacen el panorama de las actividades de este tipo en mi país porque ponen de manifiesto los buenos sentimientos de la familia en el amor a los animales y poco a poco se va rompiendo con la nefasta idea de silenciar esta labor, pues cuando de complacer a los más pequeños se trata e inculcarles desde tempranas edades el amor y el respeto a los más débiles hay que poner un pie en estos eventos sin ánimo de lucro.
Al Grupo PAC le quedan muy bien estos eventos en los cuales ya tienen experiencia. Entre ellos hay además organización y respeto para que ningún niño se quede sin su mascota y para que ninguna mascota vaya a vivir con personas que no le proporcionen bienestar, y en función de eso se han creado controles y medidas que van encaminadas a vigilar estos comportamientos, algo que si te pones a pensar dista mucho de algunas atrocidades que ocurren en ciertas zonas de la capital y del interior del país, cuando lees en las redes sociales que en Cienfuegos o Santa Clara, por citar ejemplos, zoonosis recogidas masivas o envenenamientos, que dejaron llorando y sin mascota a algunos niños, o que no le permitieron a las personas sacar a sus perros de las jaulas porque no tenían identificación o sencillamente había que pagar una cifra excesiva de dinero. Realmente los contrastes son exorbitantes, por no usar otro calificativo, mientras, acá en las ferias paz y tranquilidad, todos felices como debe ser entre los seres humanos racionales y normales, resulta kafkiano y no existe explicación coherente de que haya lugares donde se les aplique un trato abusivo y terrorífico a perros, gatos o caballos, y a casi todos los seres vivientes que nos rodean, porque si de eso hablamos ahí están esas inmisericordes tala de árboles de las ciudades que han dejado a las aves sin una rama donde posarse, esto sin mencionar que no tienen ni dónde beber agua en un verano como el que estamos viviendo. Mis disculpas las tienen de antemano porque estaba hablando de la Feria de adopciones y su encanto, y me fui hacia otros lares, que no pueden esquivarse, entonces corroboro, de hecho, que estas ferias siempre son muy bienvenidas y esperadas, lo mismo si la organiza PAC o CEDA u otro de los tantos grupos y equipos que de un tiempo a esta parte se han creado en el país, y que para bien sea, con o sin apoyo, que colaboramos para no tener animales hambrientos y enfermos que lastren la imagen de nuestro país ante nuestros ojos y los del mundo, para eso, no se necesitan permisos, hay que ser ante todo buena persona, es la condición que tienen que tener los individuos para pertenecer a ellos y que también se llama altruismo, sacrificio y respeto por la vida y la naturaleza. En esta Feria se pusieron de manifiesto estas cualidades y se rompieron mitos, como ese de que los guapos no toman sopa ni crían gatos, y si lo duda vea la galería de fotos que estoy presentando