¡Bien me voy a la calle! Pero no, me subió al coche, ¡Vaya emoción no vamos algún lado!
Resulta que me diagnosticaron estrés de soledad y pensaron que esa era la causa principal de mi caída de pelo, acompañado con alergia a mi propio PH de mi piel y algunos alimentos. Así que rápidamente mamá empezó a buscar soluciones, le aconsejaron que ande en un aparato de gimnasio que sirve para correr sin moverte del sitio, pero mamá no lo puede comprar, también le aconsejaron que me llevara a correr atada en la bici, pero mamá tiene prohibido por su columna ir en moto y en bicicleta. Ella pensaba que tenía bastante si corría con mis amigos del bulevar o detrás de la pelota así que decidió que hiciera un deporte controlado. Se dedico durante unos días a buscar que tipo de deporte convenía para perros de mi raza y de mi tamaño y le aconsejaron el Agility. Estuvo haciendo averiguaciones de diferentes centros cerca de casa y el trato que tenían tanto para humanos como para canes y al final se decidió por uno y fuimos a verlo.
Cuando me bajo del coche, mi hocico se volvió loco intentando averiguar qué tipo de mascotas habían por aquí, y quienes eran, todo olía a perro, era muy variado, entonces pasamos dentro de la escuela, era una nave, tenia césped artificial y estaba lleno de aparatos, decía que esas cosas era adecuado para mi, que iba hacer grandes amigos y sobre todo que aprendería obediencia, ha ser muy educada, así cambiaría a ser una perrita estable y tranquila. La escuela se llama Bicho Peludo y antes de hacer el deporte de Agility debo primero de obedecer a mamá no solo con la voz, sino con las manos también.
Mi profesora se llama Mª José, es guapa y muy cariñosa, me gusta el trato que he recibido y dice que ya llevo muchas cosas aprendidas, pero que habrán otras que mamá tendrá que corregir con el método en positivo. Estuve dos horas viendo una clase, pero yo ardía en deseos de participar para jugar con los perritos que habían allí dentro, pero mamá me tuvo atada todo el tiempo y no me dejo, así que cuando termino la clase, mama fue a matricularme y me volvió a meter en el coche para irnos a casa. Era una pena no podía estar en el cole porque se iban de vacaciones de Navidad y no empezaría las clases hasta el 11 de enero.
¡¡¡¡¡ Por Fin Voy al Cole Perruno !!!!, Nos reunieron a todos en el centro de la nave, yo estaba muy ansiosa de oler y ver quiénes iban a ser mis compañeros de curso, pero no me dejaba la profe, debíamos de hacer las presentaciones como dios manda. Por fin me toca el turno, no me dejaban ir directamente a la cara de mis compañeros, teníamos que olernos primero el trasero, Entre mis compañeros tenia a 3 cachorros (eran muy revoltosos sobretodo el pequeñajo),
Me hice enseguida amiga de un American Stamford, era muy guapo y simpático se llamaba Troy, El más loco de mis compañeros era el Pastor Malinois, hacia lo que quería y no se dejaba coger por su ama. Tenía dos hembras similares de raza parecían unas Bichones o caniches, que una de ellas era un poco miedosa, y el revoltoso de la clase, una especie de Yack terrier, (que por cierto cogía muchas rabietas, pero tan solo tenía 4 meses y su ama era la más joven de todos).
En nuestro grupo éramos unos 8 canes, al cual más distinto tanto de raza como de carácter. Lo primero que hacemos cuando entramos a clase es saludarlos y de inmediato nos vamos al pipí can y a continuación damos vueltas como si estuviéramos de paseo, pero con la peculiaridad de prestar mucha atención a nuestros amos, (debemos de estar pendientes de ellos y mirarles mucho). Lo bueno de estas clases es que me hincho a comer chuches y lo peor que el día anterior no me dan de comer.
Lo más divertido es cuando nos sueltan, ¡Jo! me distraigo muchísimo, cada uno va por donde quiere y hace lo que quiere, (entonces es cuando veo la cara de mi madre que se va descomponiendo, ¡no le gusta nada esta situación ¡y lo divertido que es ignorarla cuando me llama y correr hacia los compis)
Habían momentos que me aburría en clase, mientras Mª José les explicaba a los humanos en qué consistían los ejercicios, pero mama sacaba mi mordedor de trapo par jugar. Al parecer la obediencia la llevo muy bien, pues siempre esta mamá diciéndome que soy una buena chica y me da una chuche, así que lo hago con mucha alegría y en vez en cuando doy un salto de entusiasmo y ella me aplaude y acaricia cuando lo hago, he aprendido a mirarle a los ojos, así se que quiere que haga algún ejercicio.
También he aprendido a quedarme quieta en posiciones raras, como tener las patas de atrás subida a un escalón, una mano arriba y otra debajo de un escalón, estar con el culo levantado y los brazos en el suelo, a ir de un lugar a otro corriendo porque cada vez que me llaman me dan chuches.
La parte que más me gusta de clase son los aparatos que hay, salto vallas, paso por un túnel, paso por una pasarela que se mueve y en cada una de ellas recibo muchas acaricias, me dice buena chica, que bien, un puñado de chuches y juego con el mordedor o con mi pelota.
Lo peor y no me gusta nada son los ¡deberes! pues mamá utiliza a la Yaya para practicar el ven aquí y me vuelven loca (aunque es divertido ir de una habitación a otra a recoger mis chuches). En casa me obliga a prestarle atención y practica el sentado, el tumbado, el quieto, da a vuelta, y lo que me enfada es que cuando me toca ir a jugar con mis amigos ahora tardamos un montón, pues por el camino me obliga andar a su lado presentándole atención y hacer los ejercicios de sentarme, dar la vuelta, el quieto en sitios raros,
cuando ve pivotes en la calle me hace pasar entre ellos en zic -zac (como si fuera el eslalon), saltar los bancos del jardín, o alguna valla , por lo que estoy menos tiempo con mis amigos. Otras de las manías que tenia mamá de hacer los deberes es que tenía que saltar cualquier cosa que encontrásemos el el camino.
Para postre tuve el celo a mitad curso, Fue horrible, tenía que estar todo el tiempo con las bragas puestas, me separaron de mi amigo Troy, no me dejaban estar en el aula cuando a él le tocaba hacer los ejercicios suelto, por culpa mía nos castigaban a los dos, porque cuando me tocaba a mi hacer los ejercicios sin correa, a Troy también lo enviaban fuera de clase. El pobre troy durante el celo tenía mucha fijación por mí y no por su amo, no hacia los ejercicios, ya que se venía a buscarme.
Llego el último día, mamá no me dijo nada, cuando termino la clase me dieron un Diploma y un regalo comestible (que por cierto no me duro ni un minuto, estaba riquísimo), mamá estaba muy contenta, pasábamos de curso, nos hicieron fotos a todos.
Ahora tengo compañeros nuevos, sigo yendo al mismo colegio, pero tengo dos aulas una cubierta y otra al descubierto y dos profesores, hago muchas más cosas y un montón de ejercicio, lo más divertido es ver que mamá ya no es la más rápida, a veces me toca esperarla y ella jadea y suda mucho. Pero a ninguno de mis otros compis los he vuelto a ver, espero que algún día nos reencontremos.
PD: Muchas Gracias Mª José y a Bicho Peludo por todo lo que nos habéis enseñado.