El Welsh Terrier es un perro muy extrovertido y juguetón, un gran compañero, perfecto para personas activas o familias con niños (aunque los niños deben saber cómo tratar a un perro y no molestarlos ni hacerles daño).
Son también animales de gran inteligencia y curiosidad. Les gusta moverse, jugar, hacer ejercicio y aprender cosas nuevas.
Con todos estos datos, es fácil entender que uno de sus peores defectos, uno de los malos comportamientos que más fácilmente adoptan, es el ladrido compulsivo.
Sí, el Welsh Terrier puede comenzar a ladrar fácilmente por cualquier cosa: por un sonido, un movimiento, o solo por llamar la atención. El ladrido compulsivo es diferente al ladrido de alarma, ya que parece que no pueda parar… y es muy angustioso tanto para los humanos como para el propio perro.
¿Cuál es la razón detrás de este comportamiento?
Bueno, ya hemos acordado que el Welsh Terrier es muy activo, lo que significa que tiene una gran cantidad de energía. Si no la quema, entra en un estado de angustia y ansiedad que provoca la hiperactividad: un exceso de energía. Uno de los primeros mecanismos que tienen los perros para lidiar con la hiperactividad es justamente el ladrido compulsivo, pero no se acaba ahí: pueden volverse escapistas, dominantes e incluso agresivos con el tiempo.
Por suerte, la hiperactividad o el exceso de energía es uno de los problemas más fáciles de solucionar… ¡aunque necesitará mucho esfuerzo de tu parte! En esencia, solo hay que ayudarlo a quemar esa energía. Paseos, juegos y gran variedad de ejercicios son básicos para conseguirlo.
Como añadido, también es una fantástica idea enseñarle trucos y adiestrarlo, ya que además es un perro muy inteligente, y el estímulo mental que supone aprender lo motivará mucho más que perseguir la pelota por horas.
Marcos Mendoza
PD: Si te interesa saber más de este divertido y alegre perro, te recomiendo esta lectura de Simona Salanueva.