¿Qué es la alimentación activa y pasiva?
Estos términos se refieren a la forma en que tu perro come.
La alimentación pasiva, que es la que más se da en los hogares, consiste en poner la comida en el cuenco del perro y dejar que coma. Así de simple. El esfuerzo que emplea el perro para comer es mínimo.
La alimentación activa, que es la que se suele dar a perros de adiestramiento, de terapia y a algunos perros de trabajo, es aquella en la que el perro debe esforzarse por conseguir comida, como haría en la naturaleza (solo que adaptado a la vida en una vivienda). El esfuerzo o trabajo que realiza el perro para comer es alto, ya que debe “ganarse” cada bocado, pero ojo, esto lejos de ser un “sufrimiento” para él, es algo divertido y además le mantiene unido a su dueño.
Beneficios de la alimentación activa
Los perros salvajes, los lobos o los coyotes, pasan un gran porcentaje de las horas del día buscando alimento, rastreando, persiguiendo, cazando, escondiendo la comida, etc. Nuestros perros, en casa, solamente deben acercarse a su cuenco y tragar lo que les ponemos, lo que les puede llevar alrededor de 3 minutos. Con esto les quedan 23 horas y 57 minutos al día para aburrirse, dormir, engordar e incluso morder algún calcetín o el sofá…
La alimentación activa tiene varios beneficios para nuestros perros, echa un ojo
Evita que coman compulsivamente, con ansiedad o engullan la comida.
Se reparten las tomas de comida a nuestro gusto, varias veces al día.
Ayuda a controlar el sobrepeso.
Mejora el vínculo dueño-perro.
Predispone a tu perro para el trabajo y el entrenamiento.
Combate el aburrimiento.
Ahorramos dinero en chuches y premios.
Evitamos los premios que desequilibran la dieta de nuestro peludo.¿Cómo alimentar activamente a tu perro?
A estas alturas ya querréis saber qué hacer para alimentar de forma más saludable y divertida a vuestro perro. Pero ¿estáis dispuestos a emplear el tiempo necesario para el bienestar de vuestro animal? Si la respuesta es sí, seguid leyendo.
Lo único que hay que hacer es planificar las horas en las que vamos a trabajar y a la vez alimentar a nuestro perro, por ejemplo tres veces al día. Calculamos la comida que debe comer nuestro perro según marca/peso/edad y dividimos por el número de tomas, 3 en nuestro ejemplo.
Ahora es simple, vamos a realizar ejercicios, enseñaremos órdenes o le pediremos que haga las que ya sabe, para premiarlo siempre con las bolitas de pienso de la ración que le corresponda. Hay multitud de ejercicios para aprender y jugar con él: desde el “sienta”, “dar la pata” o “busca”, hasta ejercicios más elaborados como “ve a un sitio”, “tráeme algo”.
Los ejercicios ideales para empezar son, primero los que ya conozca, porque serán fáciles para él y le darán seguridad y confianza. Y luego son realmente divertidos para ellos los de olfatear (buscar bolitas de pienso escondidas en diferentes lugares), que fomentan su instinto de rastreo.
Al principio estas sesiones serán cortas, así que la comida de su ración que no hayáis empleado, se la podéis dar en su cuenco. A medida que trabajéis juntos, las sesiones se irán alargando de forma natural, hasta que toda su ración de ese momento se termine. Ojo, no debéis alargarlas más allá de su ración de comida.
Pues ya conoces todo lo necesario para darle a tu perro una alimentación activa ¿te animas?