Nuestra sociedad ha desarrollado una cada vez más sentida conciencia hacia una alimentación de mayor calidad. Alimentos no modificados genéticamente, poco procesados, en fin, más naturales para asegurarnos una mejor alimentación.
Esta tendencia se ha ido trasladando paulatinamente a la alimentación de algunos animales, en particular la canina. Así, hay cada vez más personas que optan por cuidar la salud de su perro ofreciédole una alimentación natural. Esto significa abandonar las croquetas a favor de alimentos frescos y genuinos preparados personalmente por los dueños o, por lo menos, alternar ambos tipos de alimentación.
Claro, que alimentar a tu perro con croquetas es mucho más sencillo, bastará con servir la dosis justa en su tazón y ya está. Pero, ¿te imaginas qué aburrido puede llegar a ser? De la inmensa variedad de sabores que la naturaleza pone a disposición, los perros alimentados con croquetas sienten siempre los mismos sabores y consistencias.
Y para los que piensan que alimentar naturalmente a un perro es mucho más caro, en realidad no es así. Requiere un poco más de tiempo, el que empleas en prepararles de comer; pero decantarse por una alimentación canina natural conlleva una serie interesante de beneficios respecto a las croquetas que tu perro y tú notaréis casi de inmediato.
Antes que nada, el sabor será más intenso y siempre variado, por lo que tu perro comerá con mayor gusto y disfrutará cada sabor nuevo. Su pelo se volverá más brillante y suave. Su estado de ánimo mejorará también junto con su sistema inmunitario, que se verá potenciado por la frescura de las proteínas y vitaminas que le estarás aportando con la nueva alimentación. ¡Él, o ella, se sentirá maravillosamente!
Hoy quiero contarte la experiencia en alimentación natural para perros que he tenido con mis dos akitas. Ambos han sido alimentados con productos frescos desde que llegaron a casa y gozan de una excelente salud y han tenido un crecimiento fantástico.
A continuación te comparto mi receta con fotos y algunos consejos validados por mi veterinario. Los ingredientes principales son: arroz, algún tipo de carne, las que más uso son res o pollo; y verduras variadas como zanahoria, lechuga o espinacas.
Lo primero que hago es freír ligeramente la carne. Es muy importante que des a tu perro siempre carne bien cocida, esto eliminará las posibilidades de que tenga parásitos respecto a la ingesta de carne cruda. En algunas ocasiones he llegado a variar el tipo de carne dándoles cabeza de cerdo o hígado de vaca y lo han apreciado mucho. Debo señalarte que, en particular el hígado, no debe de ser consumido más de una vez al mes. Una vez que se ha freído poco, agrego las verduras frescas.
A continuación agrego agua a suficiencia para cubrir abundantemente la carne y dejo hervir hasta que todo esté muy bien cocido. Aparte, las verduras antes mencionada, en algunas ocasiones he llegado a incluir un poco de apio ya que mis perros no aman mucho su sabor; o brócoli o col también en pequeñas cantidades porque puede producir gases.
Una vez que la carne y las verduras se han cocido, es el momento de agregar el arroz. Recuerda mover la mezcla de vez en cuando para evitar que se pegue. Cuando el arroz esté cocido y esponjadito la comida está lista.
Si ha quedado muy aguada, yo la dejo secar un poco ya que he notado que mis perros la prefieren así.
Algunos consejos más: nunca agregues sal, los perros no la necesitan; deja enfriar la preparación antes de servírsela, y recuerda que tu mascota debe de ingerir alrededor del 2% o 3% de su peso diariamente.
Espero que esta receta te haya gustado, ¡a mí me ha funcionado de maravilla! Recuerda de cualquier forma consultar a tu veterinario antes de pasar a una alimentación natural, él sabrá guiarte de la mejor manera. ¡Te espero en el próximo post con más ideas que facilitan tu vida!