¿Perro o gato?
Seguramente tienes claro si prefieres un gato o un perro, pero debido a las diferencias que existen entre ambas especies, merece la pena analizarlo con calma. Quizá la más evidente radica en que el perro necesita salir de paseo todos los días, incluso aquellos de razas mini como chihuahuas, o todas aquellas que disponen de la gama “toy”.
Por ello, tan importante es desear tener perro como evaluar nuestra capacidad para hacernos cargo de todo lo que implica: Además de alimentación y cuidados veterinarios, todo lo relativo a vivir en sociedad como enseñarle a pasear, a comportarse de manera adecuada en espacios públicos…, a saber estar, en definitiva.
Elegir el compañero más adecuado a nuestro estilo de vida también resulta fundamental. En este punto es necesario profundizar sobre el tipo de perro que más se puede adecuar a nosotros, teniendo en cuenta sobre todo el tamaño y el temperamento, los dos aspectos que determinan la capacidad de soportar una vida con pocas salidas de casa. Sin entrar al tema y, simplemente, por poner un ejemplo, no conviene elegir un perro muy activo, si somos más de sofá y manta. Sería una relación condenada al fracaso casi desde el principio.
En este caso, aunque prefiramos los perros si no tenemos claro si vamos a poder hacernos cargo de todas sus necesidades, incluidos los paseos, quizá sea mejor elegir un gato. Esto por supuesto, solo sirve si también nos gustan los gatos.
La edad adecuada
Por lo general, sobre todo si es la primera vez que incorporamos un animal a la familia, es frecuente elegir un ejemplar joven (un gatito o un cachorro de alrededor de 2 meses de edad), aunque también es posible elegir animales de cualquier edad.
Los cachorros son geniales, muy divertidos pero también agotadores. Trepan, saltan, se esconden, cazan todo lo que tienen a mano (incluidos manos y pies humanos)...., no paran. Cuando llegan, es preciso poner la casa a prueba de cachorros, proteger ventanas, enchufes... etc. invertir tiempo en ellos y en enseñarles a jugar adecuadamente. Todas ellas son tareas placenteras pero que requieren de dedicación por nuestra parte.
Los adultos tienen el carácter formado y lo que ves, es lo que hay. No suelen dar sorpresas y, en general son más tranquilos que los cachorros que necesitan explorar el mundo.
La verdadera diferencia entre jóvenes y adultos radica en que el proceso de adaptación será diferente, en función de la edad y las experiencias previas. Además, en caso de decantarnos por un cachorro o un gatito, el seguimiento veterinario inicial, será más exigente que con un animal adulto.
El sexo.
El sexo del animal es cuestión de gustos, aunque hay factores a valorar. En el caso de gatos machos enteros, por ejemplo, tenemos la desventaja del olor de la orina. La gata no posee ese olor tan fuerte.
Si nos da igual el sexo, debemos tener en cuenta que las hembras enteras, tanto las gatas como las perras, tienen el celo periódicamente. Las perras suelen tener dos celos al año y, durante cada periodo sangrará unos días. En cambio, la gata no mancha y sus celos son menos previsibles al tratarse de celos inducidos por la presencia de machos. Por otro lado, en estas épocas, los machos enteros pueden estar más revoltosos y incontrolables. Sin embargo, si tenemos intención de esterilizar al animal, el sexo del ejemplar será menos determinante.
¿Pelo corto o largo?
Un aspecto relevante a la hora de decidir y que se aplica a perros y gatos, es el tipo de pelo, corto o largo. Así, por mucho que nos gusten los animales de pelo largo, si no vamos a poder proporcionarle los cuidados que necesita (cepillados frecuentes, baños, etc.), es mejor que nos decantemos por uno de pelo corto. Esto no quiere decir que los animales de pelo corto no necesitan baños o cepillados, sino que, seguramente, serán más espaciados en el tiempo.
Todos, perros y gatos, sueltan pelo, incluso los de pelo corto. Si eres alérgico al pelo de alguno de ellos, no “pruebes” con una raza determinada por mucho que te la recomienden, si no lo tienes absolutamente claro. El animal no tiene la culpa de provocarte reacción y no se merece terminar en una perrera.
La raza.
Dentro de perros y gatos hay diferentes razas que varían en aspectos como el tamaño, tipo de pelo, carácter…etc. Por lo que, antes de decidir, conviene estar muy bien informado de lo que supone cada una de ellas.
Dónde buscar al nuevo miembro de la familia
Es posible que para elegir un animal nos planteemos si es mejor adoptarlo o comprarlo. Las perreras municipales y las protectoras están llenas de animales abandonados que buscan un hogar. Es fácil encontrar animales de todas las edades y tamaños. Tan solo, es preciso invertir un poco de tiempo en encontrar el animal que se adapte a nuestro estilo de vida, a nuestras preferencias personales y a nuestro carácter. En estos casos, recomiendo conocer al animal antes de tomar una decisión e, incluso valorar la opción de acogerlo de forma temporal, como una forma de conoceros mutuamente y ver si el animalito encaja en la familia.
Si nos gustan los animales de raza, lo más probable es que tengamos que buscarlo a través de un criador especializado y, en este caso, conviene asesorarnos antes sobre el carácter, las necesidades de la raza, los progenitores de la camada del cachorro que nos gusta… A través de internet, una buena opción donde localizar información precisa y contactar directamente con los profesionales que pueden despejar todas las cuestiones que se te ocurran en torno a una raza concreta, es el Portal del Criador.
Busca referencias y responsabilidad a la hora de seleccionar y pregunta todo lo que necesites saber. Los criadores profesionales del Portal del Criador estarán encantados en proporcionar toda esta información y mucha más que estimen relevante. Además su dedicación supone una garantía de un animal socializado al entorno pues, las camadas viven dentro de casa y los cuidadores se ocupan de proporcionar un entorno enriquecido y agradable a sus cachorros de forma que, estén preparados para afrontar su nueva vida en otro entorno familiar.
Localizar un buen criador
Antes de elegir una raza, es recomendable informarse y conocer el carácter y necesidades más generales (de ejercicio, de cuidados…). Si además buscamos algo muy concreto como, por ejemplo, la raza de gatos MaineCoon, es imprescindible ponernos en manos de un profesional que la conozca a fondo, dejarse asesorar y, por supuesto y en la medida de lo posible, conocer en vivo y no únicamente a través de una foto o de internet, las peculiaridades del animal de nuestra elección. En este punto es más que interesante tener la oportunidad de hablar directamente con los criadores que atenderán encantados todas las dudas y explicaran todos los cuidados que necesitan, así como el carácter que define a la raza.
Un buen criador se especializa. Por lo general, no se dedican a más de dos razas y jamás entrega ni separa de la madre a cachorros menores de dos meses. Limita la cría para preservar la salud de la madre. No tiene reparo en mostrar a los padres y suelen realizar una entrevista o un cuestionario previo a las familias interesadas para asegurarse de que son adecuados para educar al cachorro y que saben lo que se van a llevar a casa.
Alejar a un animal demasiado pronto de la madre y los hermanos con la idea de que se acostumbrará antes a nosotros, además de errónea es, en muchos casos, contraproducente para el desarrollo emocional del animal. Un buen criador lo desaconsejará vehementemente y retrasará la entrega hasta la fecha idónea en la que el cachorro esté preparado para su nueva vida. En este punto, conviene recordar que la edad ideal para incorporar un cachorro a la familia está entre las 6-8 semanas en el caso de los gatos y 8-10 semanas de edad en los perros, cuando está preparado para afrontar cambios en su vida. El período de socialización comienza cuando los órganos de los sentidos y la capacidad motora están lo suficientemente desarrollados como para que, el animalito, pueda interactuar con otros individuos y explorar el entorno. El final de este período, coincide con la aparición de una respuesta de miedo frente a estímulos desconocidos, hacia la semana 8-9 para gatos y 12-16 para perros.
Es por ello, que no conviene separar al cachorro de la madre demasiado pronto, puesto que, lo que aprenda de ella y sus hermanos, será determinante para el resto de su vida. Los criadores responsables suelen tener a las camadas dentro de casa y nunca los entregan antes de haber completado este necesario periodo de socialización. La madre es la responsable de enseñarle a identificarse como especie y los juegos con la camada le ayudan, de forma natural, a controlar la fuerza de la mordida además de iniciar al pequeño en el ejercicio de autocontrol y tolerancia a la frustración, determinantes en su futuro como adulto.
Ante cualquier duda, es mejor preguntar. Un buen criador no tendrá reparos en contestar a todas vuestras preguntas ya que, de la relación de confianza que se genere, depende en cierta medida el bienestar del cachorro en el nuevo entorno familiar.
Finalmente, busca un profesional que proteja a sus animales. En este punto nos posicionamos contra de la exposición y venta de cachorros en vitrinas de cristal, aislados del mundo, pero a la vez expuestos, a todo tipo de miradas indiscretas, en un espacio reducido y, sin posibilidad de intimidad. Carecen de la socialización necesaria y, el espacio reducido, también afecta a la capacidad de aprendizaje de las conductas higiénicas (no hay espacio suficiente). Algunos animales se hacen demasiado grandes, esperando un comprador y, en bastantes ocasiones, tras la compra, surgen los problemas de comportamiento por una deficiente socialización.
Cosas importantes a tener en cuenta
Un animal no es un regalo, sino un ser vivo. Nunca se debe comprar un animal para regalar a una tercera persona y, mucho menos a un niño. Los niños no están preparados para la responsabilidad que significa cuidar un animal. Los padres deberán preguntarse antes de satisfacer el deseo de su hijo, si podrán proporcionar al animal toda la atención que necesita, si disponen de tiempo suficiente, si son conscientes de los gastos que acarrea el cuidado de un animal, si han pensado que harán con él durante las vacaciones etc.…
El animal no es un juguete pasará a ser un integrante más de la familia.
Nunca se debería regalar un animal por sorpresa a nadie. Supone una gran responsabilidad para quien lo va a recibir.
Nunca elijas fechas como la navidad o un cumpleaños para llevar un animal a casa porque lo conviertes en un regalo e inconscientemente no se le respetará como el ser vivo que es.
Un perro o un gato, no sale nada barato. Incluso si lo adoptas, deberás afrontar los gastos de chip, vacunas y desparasitaciones. Además, hay que volver a desparasitar periódicamente y una vez al año, como mínimo, necesitará visitar al veterinario para un chequeo rutinario y actualizar las vacunas. Esto significa una buena cantidad de euros, que debes tener en cuenta.
A favor debo decir que compartir nuestra vida con un animal, resulta enriquecedor. Si la elección del animal ha sido adecuada y trabajamos en su educación, toda la familia disfrutará de una relación especial con él, llena de momentos de complicidad y ternura.