Un día me llegó la solución de la forma más simple: vísceras, que necesitan comer entorno al 10% de su dieta diaria, pero hidrolizada.
Cocinarla me parecía demasiado sucio a la hora de transportarla y guardarla, y además con una vida útil muy limitada, pues el calor puede estropearla rápidamente, sobretodo en verano. Al estar desecada, aguanta mucho más el paso del tiempo porque al no tener agua, las bacterias y gérmenes no la ponen mala.
Las cantidades que hago a mis chicas son semanales, con los gramos que necesitan para su alimentación habitual, así que ahorro tiempo y quebraderos de cabeza.
Puede hacerse en horno o en un secador de alimentos, que actualmente se pueden encontrar bastante económicos.
¿Cómo lo hacemos?
Compra vísceras de cerdo o ternera. Puede ser de cualquier animal, pero si están ya fileteadas te ahorrarás tener que hacerlo tú. Cuando más gorditas estén, más problema para hidrolizarlas y más tiempo en la secadora.
Extiéndelas en una bandeja de rejilla. Si tienes secadora, en cualquiera de sus badejas. Si no, puedes comprar una para el horno. No aconsejo ponerlo directamente en la bandeja del horno porque se quedará pegado, no salen bien y cuesta mucho limpiarlo.
Pon la secadora o el horno a uno 57-59 grados centígrados.
Mantenlo hidrolizando durante 12-14 horas. Sí, es mucho tiempo de espera, pero cuanta más cantidad hagas, más rentable en cuanto a luz saldrá… No olvides caambiar las bandejas de posición para que todas vayan haciéndose a la par, y para que las que están abajo no salgan más churruscadas de lo normal. Si así fuera, tendrás que ajustar la temperatura.
Cuando lo tengas listo, sácalo y córtalo con cuchillo o tijera en dadito, según el tamaño que quieras dar a tu perro.
Mételo todo en una cajita o bolsita y ve dándoselas a lo largo de la semana o el tiempo correspondiente a los gramos que hayas hidrolizado.
¡Ya tienes unas chuches 100% naturales! Los perros necesitan las vísceras en su alimentación, así que si podemos dársela entrenando con ellos, educándoles o jugando, ¡tendremos un dos por uno!
En este caso me he centrado en el hígado, pero lo cierto es que se puede hacer con manzana, tomate o cualquier alimento apto para perros, como carne fileteada, por ejemplo.
¿Qué te ha dicho tu perro? ¿Le ha gustado?