¿Cómo evitar los conflictos?
La mayoría de mis consultas están relacionadas con conflictos entre gatos, es decir, hogares en los que conviven dos o más gatos y no existe una buena relación entre ellos. Lo cierto es que muchísimas de estas situaciones se podrían haber evitado de haber realizado una buena introducción entre ellos cuando el gato nuevo llegó a casa.En general, los tres errores más comunes que suelen cometerse son:
1. Encerrarlos a todos en el mismo espacio y soltarlo, sin más.
Esta idea parte de la creencia de ponerlos a todos juntos y que “se apañen entre ellos” y vayan estableciendo sus jerarquías y, en esencia, quién manda. Se trata de una idea errónea que toma como referente la teoría del líder de la manada y la dominancia en perros, que también ha sido demostrado científicamente que es incorrecta.Los gatos son animales territoriales que requieren de tiempo y espacio para asimilar los cambios y establecer vínculos con los nuevos inquilinos de la casa.
En función de sus caracteres individuales y sus experiencias previas con otros gatos habrá veces en las tengamos suerte y ellos mismos marquen los tiempos y las distancias para conocerse, mientras que en otras ocasiones (más frecuentes) acaben generando territorios divididos o incluso se peleen desde el principio.
2. Poner al nuevo en un transportín en medio de la habitación
Otra práctica muy común es dejar al nuevo en un transportín en medio de la habitación para que exista una barrera física de seguridad, pero puedan relacionarse entre ellos.Lo que sucede en este caso es que si el que está en casa muestra señales de agresividad puede ser realmente invasivo y aunque no llegue a dañarlo porque existe esa barrera física, sí puede generar asociaciones negativas entre ellos desde el principio.
Del mismo modo que, si el que está dentro del transportín tiene un carácter miedoso puede ser una experiencia realmente traumática al sentirse acorralado pese a que los de fuera puedan (o no) tener una actitud positiva.
3. No aumentar el número de recursos
Aunque las introducciones se realicen de manera progresiva o no haya señales de agresividad entre ellos pese a haber realizado presentaciones muy invasivas igualmente podemos encontrarnos con conflictos entre los gatos, ¿Por qué? Por haber tenido que compartir los recursos (bebederos, comederos, areneros, etc.).Una de las claves para una convivencia exitosa es que todos tengan acceso a los recursos sin tener que competir por ellos, así que lo primero al introducir un nuevo gato ha de ser que, al menos, tenga su comedero, bebedero y arenero.
¿Cómo saber si nuestros gatos se llevan bien?
Ahora bien, los gatos son expertos en compartir territorios sin llegar a llevarse bien ¿Cómo podemos saber que una introducción está siendo positiva? ¿Nuestros gatos se aman pese a que tuvieran un principio un tanto abrupto?Lo más importante es fijarnos en su lenguaje corporal y sus conductas del día a día, pudiendo diferenciar entre conductas afiliativas (de cariño) y señales de alarma (conflicto).
Señales de conflictos
Dos gatos que se atacan y se quedan enganchados entre maullidos, mordiscos y arañazos sabemos que no se llevan bien. Pero tampoco habrá una buena relación entre ellos si hay bufidos constantes, no comparten espacios, no utilizan las cosas que huelen al otro, nunca entran en contacto directo (duermen en la cama contigo, pero nunca pegados) o siempre que aparece uno en escena el otro se va.Estas serían algunas de las señales de alarma que nos indican que pese a que han aprendido a convivir y tolerarse realmente no se llevan bien y será importante analizar cómo mejorarlo para evitar que escale con el tiempo.
Conductas afiliativas
Por el contrario, dos gatos que frotan sus cabezas, duermen uno junto al otro (con contacto físico directo), juegan juntos, comparten sus recursos o se acicalan muestran señales afiliativas (cariño) que nos indican que son gatos que han establecido un vínculo entre ellos.¿Cómo hacer una buena introducción?
Por tanto, nuestro objetivo ha de ser buscar que existan buenas relaciones entre ellos para que haya una convivencia feliz, y el primer paso será hacer una buena introducción progresiva en la que ponemos al gato nuevo en una habitación con todos sus recursos.Poco a poco vamos introduciéndolo con los demás y el resto de la casa, primero mediante asociaciones con el olor, luego que exista contacto visual pero con barrera física de seguridad, luego contacto físico controlado y finalmente que convivan libres de barreras y repletos de amor.
Y recordad, siempre que exista una duda sobre cómo proceder con la llegada de un nuevo miembro a la familia o cómo solucionar un conflicto ya existente, no dudéis en acudir a un profesional en comportamiento felino.
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