@friendswithfourpaws
Es realmente frustrante la sensación de no poder ayudar a tu perro cuando éste siente un miedo terrible hacia algo o hacia alguien. Hay miedos que se convierten en traumas y tan solo la ayuda médica especializada puede ayudar a tu perro a superar esa fobia, pero para esos otros miedos, hay formas muy sencillas que pueden hacer que tu perro cambie de la noche a la mañana. Aquí unos tips:
Jamás acaricies o abraces a tu perro cuando éste esté pasando una crisis de miedo. Suele pasar mucho, por ejemplo, en días de fiesta donde hay petardos o simplemente en días lluviosos donde se pueden escuchar los truenos. Una mala conducta, totalmente inconsciente por parte del propietario, es abrazar o acariciar al perro para que se tranquilice. Pues bien, es una mala conducta porque lo que se está provocando es justo lo contrario: reforzar esa conducta de miedo. Entonces, en vez de ayudar al perro, estamos empeorando su emoción. Tampoco se debe actuar de forma contrario, es decir, regañándole. ¿Qué debes hacer en estos casos? Ignorarle completamente y aplicar la técnica de desensibilización automática. Esta técnica consiste en presentarle la causa del miedo de forma muy suave e ir incrementado la intensidad del miedo gradualmente hasta que el perro lo interiorice como algo normal.
Cuida tu energía. Los perros son totalmente sensibles a nuestras emociones. La frase hecha de que “los perros huelen el miedo” es real. ¡Es que lo huelen! Pero claro, también huelen otras emociones. Saben si estás triste o alegre, de mal humor o en calma, si estás de los nervios, etc. Entonces, si tu perro está en plena crisis de miedo, lo último que debes hacer es transmitirle nervios, pena o más miedo. Intenta mantenerte en calma y transmitir a tu perro seguridad y confianza. Solo así lograrás que tu perro quite importancia al miedo que le invade.
Ayúdale a desenfocarse. Cuando los perros se enfocan en algo, es algo difícil llamar la atención. Difícil pero no imposible, porque la comida obra milagros. Utiliza la comida como “cebo” o elemento motivador para que tu perro desenfoque su atención del miedo. Por ejemplo, hay perros muy inseguros que por miedo se pasan el día gruñendo a cada perro que se le cruza. Pues desenfócalo con comida cuando pases ante un perro. Una vez haya cambiado la emoción miedo por la emoción gula, elógiale con caricias. También se suele utilizar para perros que tienen fobia a quedarse solos en casa. El momento clave es cuando te vas de casa. Hay perros que literalmente se abrazan a la pierna de su propietario para evitar que se vaya y le deje solo. Pues bien, nada como tirar unas cuantas de sus golosinas preferidas por el suelo para que se entretenga comiendo y no manteniendo el foco en el hecho de que te vas.
Haz de su vida una rutina. En un perro inseguro, las rutinas son fundamentales. No hay nada que lleve peor un perro con miedo que las actividades imprevistas. Deja las improvisaciones para cuando tu perro esté “curado”. Mientras tanto, las rutinas harán que esté más equilibrado, y si a esto le añades una buena tunda de actividad física, mejor que mejor.
Mantén la esperanza. Por cada vez que tu perro mejore, no olvides elogiarle. Y si parece que no has logrado nada, ¡no te desesperes! Siempre puede haber recaídas, pero si sigues las pautas anteriores podrás lograr grandes resultados. Si observas que tu perro tiene un miedo demasiado arraigado y que no le permite llevar una vida normal, no dudes en acudir a un etólogo. Solo este profesional podrá ayudarte a ti y, sobretodo, a tu perro a superar sus miedos, y por ende, llevar una vida equilibrada y feliz.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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