Los niños menores de 12 años presentan un riesgo cuatro veces más alto de ser mordidos por un perro que los adultos y las victimas más frecuentes son los miembros de la familia con los que el perro convive a diario. Por lo tanto, el tema es serio y a tener muy en cuenta.
Siempre hay que tener presente que la clave para una buena convivencia con nuestros perros está en su correcta educación: enseñarles unas pautas de convivencia básicas tanto con los humanos como con el resto de sus congéneres.
Estos son los consejos básicos que NobleCan marca para asegurar una buena convivencia entre perros y niños:
- Siempre hay que pedir permiso a los dueños antes de tocar a los perros.
- No nos acercaremos a un perro que esté suelto, que esté atado sin la presencia del dueño, que esté cuidando a sus cachorros, que esté dentro de algún chalet o dentro de algún coche.
- Para acariciar a los perros hay que situarse a su lado (nunca de frente, pues esto puede resultarles invasivo) y hay que acariciar cualquiera de sus mejillas despacio, suave y hablándoles en un tono cariñoso. Nunca se les acariciará la parte superior de la cabeza, ya que este gesto muestra dominancia y hay perros que se lo pueden tomar mal.
- Como norma general en todo momento nos mostraremos siempre cariñosos con los perros cuando estén tranquilos y relajados. Con esta pauta se creará un buen vínculo, conseguiremos que los perros nos quieran, confien en nosotros y ponteciaremos perros tranquilos y calmados.
Así es como NO debemos acariciar a un perro
- No hay que forzarles a moverse, tirarles del rabo, abrazarles con excesiva fuerza, nunca debemos correr de frente hacia ellos, realizar movimientos muy rápidos, acercarnos mucho a su cabeza ni abalanzarnos sobre de ellos. Todo esto puede hacer que se sientan agobiados y se asusten.
- Procuraremos no molestarles mientras están durmiendo, descansando, comiendo o bebiendo. Debemos respetar estos momentos.
- Si en cualquier momento el perro gruñe o muestra las fauces, inmediatamente le dejaremos tranquilo y nos retiraremos.
- Frente a un perro asustadizo o tímido, evitaremos aproximarnos para que no huya ni nos vea como una amenaza. Esperaremos a que sea él quién se acerque e interactúe con nosotros.
- Siempre es conveniente implicar a los niños en la educación de su perro ya que les inculcará el respeto hacia los animales, les hará más responsables y reforzará su vínculo con el animal.
Por Juan Carlos Castilla Elena
Adiestrador, educador canino titulado y etólogo canino.
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