Muchas personas sueñan con tener un perro, sin embargo, para valorar esta opción es muy importante ver el compromiso que implica el cuidado de un animal y la responsabilidad que el dueño asume libremente. Por tanto, es recomendable que reflexiones sobre si el deseo de tener un perro responde a un capricho momentáneo o realmente quieres vivir la experiencia de tener un nuevo miembro en la familia a quien cuidar y querer.
Criterios a valorar
Uno de los primeros aspectos que debes valorar es si tienes el tiempo libre necesario para atender con tranquilidad al animal y poder salir con él todos los días a dar un paseo. Si por ejemplo, tienes un trabajo que implica viajes de negocios frecuentes, entonces, tienes que valorar que deberás contar con la colaboración de alguien para poder atender al perro en los días en los que tú estés ausente.
Otra de las cosas que debes valorar antes de tener un perro es, concretar los motivos de tu decisión, por ejemplo, anota en una agenda tres razones por las que te interesa esta posibilidad. Los motivos de cada persona son únicos.
Otra de las cuestiones que debes decidir es cuál será la zona de la casa que esté especialmente adaptada para el perro. Tener un perro grande en un apartamento pequeño puede ser un gran inconveniente.
Y además, también tienes que asegurarte de que ninguno de los residentes en la vivienda tengan miedo al animal. En ese caso, tener un perro puede ser una dificultad para la convivencia. Cuando una persona o una familia decide tener un perro, esta decisión debe aportarle felicidad pero no estrés. Es decir, debe ser un cambio positivo para la vida.
Otra de las decisiones que también puedes tomar si tu idea es la de tener un perro es valorar entre dos alternativas: comprarlo o adoptarlo. Muchas personas consideran que es más conveniente la segunda opción.
Desde el punto de vista económico también es importante valorar el factor de presupuesto que puede ser necesario para atender tareas cotidianas en el cuidado de un animal, como por ejemplo, visita a la peluquería o consulta en el veterinario.
Sin duda, estos puntos pueden ayudarte a hacerte cargo de lo que implica tomar la decisión de tener un perro o no tenerlo. En muchos casos, no se trata de una decisión que tenga que ser definitiva, por ejemplo, puede ocurrir que quieras posponer la decisión hasta otro momento porque tus circunstancias personales pueden no ser las más idóneas ahora mismo.
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