CUANDO SE SUBE A DOS PATAS ENCIMA DE LAS PERSONAS
Uno de los comportamientos que suele ser muy reforzado es el momento en el que el perro se pone a dos patas y se sube encima de la persona. En ese momento la persona en cuestión le grita o le empuja para que se baje y le deje en paz. En ese preciso instante que la persona empuja al perro o le grita para que se baje, el comportamiento está siendo reforzado y afianzado y lo más probable es que vuelva a ocurrir en un futuro y no solo con esa persona sino con todas. El perro sabe que haciendo este comportamiento va a tener la atención de la persona en cuestión y como ha sido reforzado, en un futuro se repetirá.
CUANDO SUENA EL TIMBRE Y LADRA COMPULSIVAMENTE
Un comportamiento que se refuerza continuamente en los perros es en el instante en que suena el timbre o pasa alguien por las escaleras del portal y el perro empieza a ladrar continuamente. La manera que tienen las personas de parar ese comportamiento es gritar al perro para que deje de ladrar o incluso le pegan un golpe para que esté en silencio. En el momento en que la persona le grita al perro o le da un golpe para que se calle, ese comportamiento está siendo reforzado y como está siendo reforzado hay un 100% de posibilidades que se vuelva a repetir ese comportamiento. Cuando el perro ladra y se le grita para que se calle, en su mente le estamos diciendo que ladre más fuerte que es lógico que lo haga porque lo que está pasando a su alrededor es muy preocupante y necesita ladrar para acabar con el problema.
DARLE DE COMER MIENTRAS COMEMOS
Otro comportamiento que se refuerza en muchísimas ocasiones es el momento en que el perro pide que le den algo de comer cuando la familia está comiendo. Este comportamiento se refuerza de dos maneras:
La primera cuando se pone a dos patas encima de su dueño y éste le da algo de comer. Es lógico que si el perro se sube y la persona le da algo de comer, el perro volverá a subirse porque sabe que eso ya le ha funcionado una vez, repetirá el comportamiento constantemente. La segunda es en el momento que el perro se pone a dos patas y el dueño le baja a la fuerza para que no le moleste.
El comportamiento está siendo reforzado, porque el perro en el instante que su dueño le baja a la fuerza, sabe que tiene su atención y por esta atención el perro repetirá el movimiento incansablemente hasta que le den un trozo de comida y si en ese momento se le da comida porque el dueño ya está cansado que le salte encima, el comportamiento queda el doble de reforzado y seguro que en el futuro volverá a repetirse.
CUANDO UN PERRO LADRA A OTRO
Otro de los grandes comportamientos indeseados que se refuerza con frecuencia, es el momento en que un perro ladra a otro. En ese momento lo que suelen hacer la mayoría de los dueños es tirar del collar para que se calle, pegarle, gritarle y lo que no saben es que en ese preciso momento están reforzando ese comportamiento. El perro está asociando que cada vez que un perro se acerca, su dueño se enfada con él y lo castiga de manera desproporcionada.
EL PERRO NO VIENE CUANDO LE LLAMAMOS
El que un perro no venga cuando su dueño le llama también es otro comportamiento indeseado que lo dueños refuerzan sin querer y el cual puede crear grandes situaciones de peligro. Si un perro no viene cuando se le llama y el dueño se cabrea, se enfada y le grita o le pega, está diciendo al perro que no venga más porque siempre que esté con él le espera ese tipo de reprimenda. Si el perro no viene cuando se le llama hay que pensar cuál es el motivo y cuál es el vínculo creado entre dueño y perro. Si el vínculo no es bueno, por mucho que se trabaje la llamada, ésta siempre será débil.
TIRAR DE LA CORREA COMPULSIVAMENTE
Un comportamiento que se refuerza continuamente es el tirar de la correa impulsivamente. Siempre que al perro se le castiga, se le grita, se le tira de la correa para que vaya al lado de su dueño, el efecto y las consecuencias es que el perro va a tirar más y más de la correa. La información que se le está dando al perro es que tire más y cada vez con más fuerza para ver si puede huir de todo ese castigo que está sufriendo. Por eso, cuando un perro tira no hay que castigarlo, ni enfadarse con él, simplemente hay que tener paciencia y enseñarle de una manera que él pueda comprender que tiene que hacer y como lo tiene que hacer para que el paseo sea una actividad placentera para él y su dueño y así el vínculo será mucho más estrecho y el perro confiará en su dueño.
HACER PIS POR TODA LA CASA
Un comportamiento que es reforzado en muchas ocasiones y que da grandes quebraderos de cabeza a los dueños es, que el perro se haga pis por toda la casa. Cuando un perro se hace pis en alguna zona de la casa los propietarios en su gran mayoría, corrigen con un “NO” punitivo que asusta al perro, le gritan y así el perro también se asusta e incluso rebozan el hocico del can en la zona donde ha hecho pis para que aprenda que eso no se hace ahí, situación que lógicamente -como en las otras descritas-, asusta al perro. Con todos estos castigos desmedidos lo que se está consiguiendo es que el perro se siga haciendo pis.
Tanto el castigo verbal como el físico no conllevan nada bueno. Puede ser que en ciertas ocasiones se consiga que el perro no haga más pis en casa, pero ¿a qué precio? Normalmente, si el perro después de haberle castigado de forma muy punitiva deja de hacerse sus necesidades en casa, en el 80% de los casos ese perro puede tener problemas de miedo con sus dueños y con otra serie de sucesos.
El vínculo con ese tipo de castigos se hace mucho más débil y puede derivar en otros comportamientos indeseados como, por ejemplo, en no venir cuando se le llama. Y otras ocasiones ese castigo verbal o físico lo único que hace es que el perro cuando tenga ganas de hacer pis, lo vaya a hacer a espaldas de sus dueños para que no le echen la bronca. Para eliminar este comportamiento lo que nunca hay que hacer es castigar al perro.
Hay que ir más allá y estudiar el problema para resolverlo de raíz y no poniendo parches. Es posible que un perro se haga sus necesidades en casa porque se le saca poco, o porque cada vez que se emociona por cualquier situación que pase a su alrededor no la aguanta y tiene que hacer pis. También es posible que el perro tenga miedo a la calle y no se atreve a hacer pis porque está en una situación en la que siente peligro y al llegar a casa lo hace, e incluso cabe la posibilidad que ese perro tenga infección de orina y no se pueda aguantar el pis por dicha infección.
Por Esteban Navas, entrenador canino certificado en Wowdog.
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