Debemos educar a nuestro cachorro para que llegue a ser pulcro y no vaya haciendo sus necesidades en cualquier rincón, lo que implica seguir un proceso que tiene varias fases. En primer lugar, y debido a que no puede bajar a pasear a la calle al no estar aún vacunado, tendremos que enseñarle a hacer sus necesidades en el suelo de alguna habitación fácil de limpiar, donde habremos extendido previamente unos periódicos. Hay varias pautas para educar a los cachorros.
Al principio se llenará la habitación con papel de periódico y luego se irá quitando progresivamente hasta dejar su rincón. El lugar elegido tiene que ser de fácil acceso para nuestro cachorro. Cuando sorprendamos a nuestro perro ensuciando algún otro lugar que no sea el destinado para este fin, tendremos que regañarle con voz firme y llevarle encima de los periódicos, para que termine de hacer sus necesidades sobre ellos. Entonces le felicitaremos efusivamente, premiándole a continuación.
Algunos cachorros son muy limpios y aprenden enseguida; otros no lo son tanto, por lo que necesitaremos una buena dosis de paciencia. No obstante, tengamos presente que todos terminan aprendiendo a hacer sus necesidades donde nosotros pretendemos. Podremos llegar a enseñarle muchos trucos.
Regañarle en el momento
Nunca debemos pegarle ni restregar su hocico por los excrementos, y sólo le podremos regañar cuando le cojamos in fraganti. De lo contrario, el cachorro no relacionaría nuestro enfado con el hecho de haberse ensuciado y nada más vernos se esconderá, pensando que vamos a regañarle sin saber el motivo.
Por ejemplo, si el dueño llega cansado a su casa después del trabajo y lo primero que ve al llegar es un excremento en el pasillo, la reacción más habitual es que se enfade de tal manera que cuando el perro venga feliz a recibirle le castigue o incluso que le pegue. El perro en este caso, lejos de saber que su amo lo ha castigado por hacerse las necesidades, relaciona que cuando recibe a su dueño, éste le pega.
Al día siguiente, antes de la llegada del dueño, el animal empieza a ponerse nervioso, y en esta ansiedad es cuando hace sus necesidades o destrozos. Cuando llega el dueño efectivamente lo vuelve a castigar, creando un círculo vicioso de difícil solución. En cambio, si se le castiga en el mismo instante en que está haciendo sus necesidades, pensará que debe buscarse otro sitio, porque relacionará el castigo, no con la trasgresión, sino con el lugar que ha utilizado.
Un único lugar
El cachorro también puede tener la manía de hacer siempre sus necesidades en un mismo lugar, sin que sea éste el que hayamos destinado a tal fin. Entonces nos veremos obligados a aplicar algún repelente de venta en las tiendas especializadas.
Un truco para enseñarle a hacer sus necesidades en el periódico consiste en poner periódicos impregnados con la propia orina del perro, para que el olor le incite a hacerlo allí. Si se da el caso de que el can juega con el periódico, mordiéndolo, comiéndoselo, etc., un truco que suele funcionar es pegar el periódico al suelo con cinta aislante, sin dejar ninguna esquina despegada para que no pueda tirar de ella.
Preparado para salir a la calle
Cuando el pequeño esté totalmente vacunado y haya aprendido a hacer las necesidades encima de los periódicos, no tardaremos mucho en sacarle a la calle. Aprovecharemos un fin de semana o unos días de vacaciones para empezar a enseñarle a hacer sus necesidades fuera, pues necesitaremos bastante tiempo y no podemos ir con prisas.
Los primeros días no sacaremos los periódicos, porque le podríamos confundir, pero no tardaremos mucho en hacerlo, pues de lo contrario corremos el riesgo de que coja la costumbre de realizar sus necesidades tanto en la calle como dentro de casa. Si queremos que el perro aprenda a hacer sus necesidades tanto en casa como en la calle, debemos obviar el consejo anterior.
Puede costarnos bastante que haga sus necesidades al salir fuera por primera vez ya que lo más normal, si ha aprendido anteriormente a hacerlo en los papeles, es que ahora se retenga para que, más tarde, una vez llegue a casa, correr hacia la habitación de los periódicos y hacer sus necesidades tan contento, moviendo la cola y viniendo hacia nosotros para que le felicitemos.
Quizá, al principio, tengamos que pasarnos horas en la calle hasta lograr que lo haga fuera por primera vez, pero con un poco de paciencia lo acabaremos consiguiendo. Cuando nuestro perro haya hecho sus necesidades en la calle, le felicitaremos y premiaremos, así relacionará el hacerlo fuera con algo halagador.
Salir de paseo
Cuando está aprendiendo a ser limpio, lo primero que debemos hacer cada día es sacarlo a la calle al levantarnos, y lo último volver a bajarlo antes de acostarnos, dando así por terminado el ciclo cotidiano. Si observamos que empieza a dar vueltas o se dirige a la puerta con ansiedad, le sacaremos a pasear pues seguramente nos está avisando de que tiene la necesidad de salir.
El cachorro no tiene tanta capacidad de retención como el adulto, lo que se debe en parte a que come más veces y a que su estómago es mucho más pequeño. Paulatinamente, tendremos que ir reduciendo el número de salidas a un mínimo de tres o cuatro diarias, realizadas siempre a la misma hora.
Nunca se debe castigar al perro metiéndole la nariz en sus propios excrementos pues lo único que conseguiríamos es que pensase que queremos que se los coma o que se revuelque en ellos. Conviene limpiar las heces cuando no esté presente y eliminar los olores; si no, el perro hará sus necesidades allí donde huela el rastro.
Fuente de información: Geocities.com/asociacionperrikus
Imágenes/Flickr: Basykes, B Rosen, Mike Filkenstein, [Molg], AMagill, Gareth1953 the original y Tambako the Jaguar.