Normalmente, dentro de las especies necesarias, están los animales más fuertes son los que sobreviven a los climas extremos y lo hacen mediante procesos muy complejos. A veces consiste en eliminar a sus rivales más directos o alimentarse de insectos. Esto genera que la flora crezca de una determinada manera. Estos procesos han sido clave para el equilibrio medioambiental.
Es el caso de las tortugas palustres - de laguna o pantano-. Éstas comen sobre todo insectos. Si dejamos un ejemplar así en el jardín, atendiendo a sus cuidados básicos, no habrá plagas que afecten a las plantas. Es una manera de alimentar a la tortuga a la vez que mantenemos la flora sin tener que usar ningún tipo de producto químico.
Además, las tortugas son unos animales que no nos causarán ningún problema. Su carácter tranquilo y sosegado nos contagiará de calma y relajación. Mientras, ellas trabajan cuidando del jardín.
Si en nuestra casa vemos una tela de araña, no debemos preocuparnos. Normalmente, a menos que vivamos en climas tropicales donde aumentan su tamaño, las arañas no serán motivo de temor. Además, eliminarán a todos los insectos que entren en la habitación. Es una manera efectiva y natural de encarganos de esos molestos mosquitos que nos atacan las noches de verano.
Un caso curioso es el de los halcones. En algunos campos de fútbol se les usa para mantener a las palomas a raya. Éstas se comen las semillas que se plantan al poner el césped y además, producen muchos desperdicios con sus heces. Lo bueno de los halcones es que no capturan a las demás aves, sólo las ahuyentan y consiguen que se vayan a otro lugar. Como ejemplo, podemos decir que esta rama de la cetrería se usa en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
Imágenes: Wikipedia.org