La suciedad producida por los excrementos de nuestras mascotas es uno de los principales problemas con los que se encuentran los servicios de Limpieza a la hora de mantener las calles en un estado adecuado. La acumulación de estos residuos supone un importante problema higiénico y sanitario.
Según un estudio realizado por el Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, los excrementos de las mascotas, junto con las colillas de cigarrillos y los papeles publicitarios, son los residuos que más abundan en las calles y que más dificultades presentan a la hora de limpiar las aceras. De las encuestas realizadas en el marco del estudio, existe una coincidencia en que los excrementos son los residuos más molestos y más difíciles de limpiar, provocando un importante impacto en la vía pública.
De México a Madrid
En zonas como el Distrito Federal de México, donde existen 21 millones de habitantes y como promedio un perro por cada 7 habitantes, este es un problema sumamente grave. La población canina en esta ciudad es de alrededor de 3 millones de perros y si tomamos en cuenta que como promedio se excretarán alrededor de 100 gramos de heces fecales por día, el resultado para el valle de México es impresionante: !300 toneladas de excremento diarias!
Una solución a este problema urbano podría ser que todo dueño de mascota recogiera las excretas de su animal en una bolsa de plástico, como se hace en muchos países con más o menos colaboración de los propietarios de perros. Es clave que los responsables de los servicios de limpieza instrumenten campañas de sensibilización ciudadana en estos temas, y que paralelamente se utilicen mecanismos específicos de limpieza de este tipo de polución.
En las calles de Madrid, desde 1997, unas motos especiales recorren la ciudad recogiendo excrementos caninos, levantando más de 170 toneladas de excrementos al año. Estas motos verdes recorren las zonas peatonales y son unos vehículos especiales dotados con un depósito de agua y un sistema de aspiración que va recogiendo los excrementos de perro que encuentran a su paso. Son las populares moto-caca, que actúan donde el ciudadano puede transitar y por tanto, tropezarse con un excremento.
Los itinerarios de las motos son fijados por los técnicos del Ayuntamiento y corroborados por el personal especializado de la empresa Compañía Española de Mobiliario Urbano y Medio Ambiente (Cemumasa), que presta este servicio. Se actúa allí donde la presencia de heces caninas es más acusada y el tránsito peatonal es mayor.
El Ayuntamiento de Madrid inició en 1991 un programa destinado a concienciar del problema a los propietarios de perros y a facilitarles la recogida de los excrementos de sus animales. Se instalaron de forma provisional los primeros 28 sanecanes, para que los propietarios puedan disponer de bolsas gratuitas y pinzas para recoger los excrementos de sus mascotas.
En este marco, desde 1994 comenzaron a impartirse los cursos de educación y adiestramiento de perros con el lema 'Concienciate, edúcale', que, con carácter gratuito, ofrecen monitores especializados en las 21 Juntas de Distrito. Cada año se envía una carta a los propietarios de los perros censados en Madrid para pedir su colaboración y anunciarles el inicio de los cursos. Hasta el presente más de 20.000 madrileños han asistido a las clases.
Estos esfuerzos de las administraciones son, por supuesto, mejorables, y deben ir a más; muchas veces no encontramos las benditas bolsas en los sanecanes, y no todos los espacios públicos tienen estos artilugios. Ni qué decir de las áreas caninas en las plazas o parques, que rara vez se encuentran. Pero no es menos cierto que nuestro civismo individual en este caso es clave para hacer más fácil la convivencia ciudadana y demostrar nuestra solidaridad para que las ciudades estén cada día más limpias y más habitables.