Las uñas en los gatos son una parte fundamental para un correcto desarrollo y que tenga una buena calidad de vida. Sin embargo, todavía algunos se empeñan en quitárselas sin saber que todo son perjuicios para el animal. En eso consiste la desungulación, una práctica que, por suerte, está prohibida en muchos países.
Se trata de una cirugía que consiste en amputar la última falange de los dedos, que es donde se encuentra el nacimiento de las uñas y donde tienen el tendón retráctil que les permite sacar y esconder las garras. Como consecuencia, pueden aparecer problemas de cojera o enquistamientos si la uña volviera a intentar crecer.
Hay que estar conscientes que al quitarles las uñas a los gatos es equivalente a quitarles un herramienta esencial para ellos. Las utilizan para jugar y agarrar objetos, para sujetarse con fuerza en superficies inestables o estrechas, para trepar, y cuando se despiertan las clavan para estirarse mejor. Pero de lo más importante es que, sin uñas, no podrá arrascarse cuando algo le pique como hace cualquier otro animal y como hacemos nosotros.
Como el hecho de arañar es inherente al gato, ya que así realizan ejercicios de estiramientos y marcan el territorio, hay que enseñarles a hacerlo en los rascadores que le proporcionemos. Así no habrá problemas futuros. También se venden productos que simulan el olor de las feromonas que los gatos utilizan para marcar, y así no tendrán tantas ganas de ir haciéndolo ellos. Otra idea es rociar con repelentes (especiales para mascotas y que no son nocivos) los sitios que suela arañar para que deje de hacerlo.
En definitiva, hay muchas posibilidades de tener una buena convivencia con un gato sin necesidad de que le privemos de sus uñas. Si apreciamos a nuestras mascotas de forma genuina no nos sera difícil comprender que desungulación es un atentado a la salud de nuestros amigos peludos.
¿Ya sabia de que se trataba desungulación en los gatos? ¿Están de acuerdo con esta operación?