En efecto, lo primero que debes considerar es si tu ‘mejor amigo’ es de una raza que se engloba en el catálogo de razas potencialmente peligrosas. En España, de acuerdo con el Real Decreto 287/2002, del 22 de marzo, se consideran razas peligrosas las siguientes: Pitbull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, Dogo Argentino, Rottweiler, Staffordshire Terrier Americano, Tosa y Akita Inu y el Fila Brasileño.
En general, la legislación considera peligrosos aquellos perros especialmente robustos, de carácter complicado, grandes mandíbulas, perímetro voluminoso o cuello ancho, entre otras características.
Elige un seguro acorde a tu perro
Si al haber comprobado lo que te describíamos en el punto anterior, ya has confirmado que tu perro representa un riesgo en potencia, debes proceder a asegurarlo. Desde la Asociación Empresarial del Seguro, Unespa, se recuerda que es obligatoria la contratación de una póliza de Responsabilidad Civil, para cubrir daños que cause nuestra mascota. Más allá de los mordiscos o ataques físicos, los perros con mucho carácter, inquietos o especialmente voluminosos pueden causar caídas a viandantes, escapársenos y provocar un accidente de tráfico o causar daños en el mobiliario público.
Un seguro de Responsabilidad Civil cubre todos esos supuestos. Unespa recuerda que hay comunidades autónomas en España, como Euskadi o Madrid, en las que la obligatoriedad de asegurar se hace extensiva a cualquier raza de perro, no sólo a los peligrosos. Dependiendo del seguro que contrates, se pueden incluir cláusulas adicionales que cubran, por ejemplo, las facturas del veterinario en según qué circunstancias.
Las multas relacionadas con la crianza y custodia de perros, según su gravedad, oscilan entre (redondeando), los 2.400 euros y los 15.000. Infracciones muy graves, por ejemplo, son la tenencia de perros peligrosos sin asegurar, el abandono de perros agresivos, omitir su inscripción en un registro o llevarlos sueltos en lugares públicos.
FUENTE: http://cuestagestoria.com/
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