Como podéis imaginar, esto fue motivo de risas en los dueños del pequeño peludo. Y, una vez que aprendió, no paraba de llamar a 'mamá' una y otra vez. Pero... ¿Por qué quiso el perro aprender a hablar? ¿Tenía que decirle algo importante a sus dueños? ¿Es superdotado?
La respuesta es no... Empezó a hablar por lo más evidente: ¡por comida!
La madre del bebé estaba cenando tranquilamente, y eso, captaba la atención tanto del niño como del perro... Pero más la del perro, claro.
Estos animales de compañía siempre tienen hambre. Y, bien es sabido, que cualquier comida humana es un manjar para ellos. Así que, el perro pensó: 'Si para probar esa delicia tengo que decir mamá... ¡Pues lo digo!'
Lo más gracioso de todo es que el bebé (que debería haber sido el protagonista del vídeo), ni siquiera intentó balbucear una palabra. Eso sí, estaba igual de interesado que su mascota en probar bocado. Y, como lo vio un enemigo potencial, tuvo que hacerle un gesto como diciendo: '¡Eh, cuidadito, que eso es mío!'
No se puede negar que este perro es más listo que el hambre... ¡Y nunca mejor dicho!