Tomado de El Periódico de Extremadura
Un perro, en primer plano, dentro de una jaula en una perrera municipal, en
una foto de archivo. Foto: Ferrán Nadeu
El abandono de animales por parte de sus dueños aumenta en los meses de verano y con ello la actividad de las asociaciones protectoras y de voluntarios encargados de acoger y buscarles un nuevo domicilio. Una voluntaria del Pro-Refugio Canino Recal, de Almendralejo, Tony González, señaló a Europa Press Televisión que "el verano es la época en la que más animales se recogen" y que "las protectoras están ahora mismo a tope".
Esta asociación, el ayuntamiento y la Policía Local de Almendralejo llevan a cabo una labor de recogida y de cuidado para estos animales en el municipio pacense. González asegura que "el verano es la época en la que más animales se recogen" y añade que los que entran es porque las familias se van de vacaciones y lo primero que "les estorba es el perrito y lo sueltan".
Según comenta González, los canes que "viven en la calle", con el calor, vienen "totalmente deshidratados", sin comer y "en muy malas condiciones", así como llenos de "garrapatas y pulgas". Por otro lado, la voluntaria explicó que la "mayoría" de los perros que entregan las familias a la perrera son animales que se han criado en casa y en el momento en el que entran en la perrera "los destrozan, porque son perritos de casa y ésta es la selva". En esta línea, comentó que la perrera prioriza a "los animales que están abandonados en la calle". "Hay que darle muchas vueltas a la cabeza, ya que la perrera no es una residencia" y en este lugar "hay muertes, ataques y muchas penas".
El subinspector de la Policía Local de Almendralejo, Fermín Núñez, explicó en declaraciones a Europa Press Televisión que recientemente entregaron a la perrera a Chimo, un perro que encontraron en un domicilio que se encontraba en un estado "lamentable", ya que "prácticamente no se mantenía ni en pie". La voluntaria de Recal comentó que cuando vieron a Chimo pesaba dos kilos y medio, cuando el peso normal para su raza suele estar en unos ocho kilos. Aseguró que "no daban mucha esperanza por él". Pero finalmente, "gracias a Dios", Chimo ha salido adelante, según destacó la voluntaria en sus declaraciones.