Artículo de María Gozalo, tomado de ABC.es
Perros abandonados que ha recogido la protectora abulense "Huellas".
El abandono de animales es un goteo constante en España, aunque hay épocas concretas del año donde esta práctica se incrementa de manera considerable. La Navidad, la Semana Santa o las vacaciones de verano son fechas clave en las que los animales, perros y gatos fundamentalmente, se convierten en regalos que «devolver» u «obstáculos» a la hora de viajar en familia de los que hay que deshacerse.
«Encontrar gatos o perros en contenedores y cunetas es el pan nuestro de cada día», aseguran varias protectoras de la Comunidad que se hallan actualmente desbordadas ante la avalancha de animales abandonados y la más que evidente falta de adopciones y recursos. «A día de hoy, tenemos en nuestras instalaciones 192 perros y 56 gatos, cuando el número de plazas ideal para que los animales tengan una calidad de vida óptima es de 120», explica la presidenta de la protectora abulense «Huellas», Isabel Martín Gómez. Éste es sólo un ejemplo que refleja la realidad de muchas protectoras que se han visto obligadas a colgar en su puerta el cartel de «no hay plazas» ante la saturación de sus instalaciones.
Es el caso de la Sociedad Protectora de Animales de Burgos, una asociación que dejó de acoger animales hace casi tres meses porque a pesar de haber aumentado el número de jaulas, los avisos de perros y gatos abandonados eran constantes. «En este momento, tenemos hasta siete perros en jaulas que no deberían superar los tres», afirma Sara Menor, una de las responsables de la entidad. Sin embargo, el problema no es sólo de espacio, también de financiación. Los gastos en vacunas, desparasitaciones y cualquier tipo de tratamiento veterinario son difícilmente soportables si los recursos económicos brillan por su ausencia. «Las protectoras, en general, subsistimos fundamentalmente gracias a las cuotas de los socios; a donaciones espontáneas; a actividades que organizamos nosotras mismas, como por ejemplo, los mercadillos solidarios y a subvenciones por parte de los Ayuntamientos, aunque es cierto que no todas las protectoras reciben una ayuda de este organismo», aclara la presidenta de «Huellas».
La medida principal que proponen todas las asociaciones para reducir considerablemente el porcentaje de animales abandonados es la esterilización de los mismos, algo que pondría punto y final a la cría indiscriminada, una de las causas principales del abandono. «No puede ser que a día de hoy tengamos más de 100 cachorros en nuestras instalaciones», denuncia la protectora Scooby, una de las muchas víctimas del abandono animal desmedido que hace de España el país líder en esta práctica y en el maltrato animal, según los datos publicados por la fundación defensora de los animales, Affinity. Haciendo «honor» a esta última calificación, también son muchas las protectoras que exigen la inhabilitación de personas con antecedentes por violencia contra animales: «Hay gente que no se merece tener ni perros ni gatos. Empiezan pegándoles a ellos y acaban haciendo sabe Dios qué barbaridades más», asegura la protectora de Guardo en Palencia.
La adopción es otra asignatura pendiente de los castellano y leoneses , ya que raramente se superan las 20 al mes en la Comunidad entre perros y gatos. Sin embargo, los países extranjeros juegan un papel funtamental en el impulso de esta iniciativa y por eso muchas protectoras han abierto programas internacionales de adopción. «Holanda suele ser siempre el país que más animales acoge. En agosto de este año, 33 perros fueron adoptados por gente de aquel país», asegura la protectora Scooby. Las personas exranjeras no sólo realizan esta labor para con los animales, también suelen formar parte del voluntariado que, cada verano, alivia el peso de las protectoras llevando a cabo actividades de ocio con sus «juguetones inquilinos».
«Los gatos se abandonan cien veces más que los perros», sentencia la directora de la protectora segoviana «Lara», Montse Fuentetaja Fraile. Las diferencias entre estas dos especies no son sólo físicas ni sociales, también legales. Los ayuntamientos de Castilla y León no tienen convenio alguno con las asociaciones para la recogida de gatos, «algo que no logro entender porque estos animales requieren la misma atención médica y los mismos cuidados que un perro», explica Fuentetaja. La protectora, que lleva años dedicándose plenamente a la asistencia de estos felinos, critica la «falta de responsabilidad y conciencia» de un país que aún tiene un arduo camino por delante en lo que a «madurez y moralidad» se refiere.