El adiestramiento de perros a día de hoy
Hoy en día, tener el control sobre nuestros perros se ha vuelto en una obsesión para muchos, de hecho, una de las cosas que más preocupa es tener un perro adiestrado para que pueda estar en cualquier situación cotidiana y obedezca a las órdenes ante todo tipo de estímulos. Sin embargo, muchas veces, ese adiestramiento tan rigurosamente trabajado, no nos permite ver la raíz de su problema de comportamiento, sólo nos muestra las consecuencias, su reacción.
Un PROBLEMA cotidiano
Un ejemplo con el que nos podemos identificar fácilmente: es cuando vamos a una terraza a tomar algo y no conseguimos que nuestro perro se siente al lado. Él está nervioso, da vueltas, mira lo que le rodea, bosteza en exceso, se rascaetc.
En ese momento tenemos varias opciones:
Podemos hacer uso de la obediencia obligando a nuestro perro a sentarse, aunque a los pocos segundos volvería a levantarse (debido a su excitación) y nosotros seguiríamos repitiendo la orden ya con un tono de voz más autoritaria para que hiciese caso.
Por lo contrario, podemos mirar de estar tranquilos para que se fije en nosotros y vea que no pasa nada. Si continúa nervioso, lo mejor es aceptar que no está preparado para seguir ahí y optar por irnos a un lugar más tranquilo.
Con la primera opción lo único que lograríamos es que nuestro perro se pusiera más nervioso, se estresara, no se sintiese comprendido y a largo plazo, fuera perdiendo la confianza en nosotros. No obstante, en la gran mayoría de casos, podemos ayudar a nuestro perro simplemente mostrando tranquilidad ante una situación que vemos que es demasiado para el. Más fácil, ¿no?
Entonces, cuando vemos que este tipo de situaciones se repiten con regularidad, ¿por qué no nos enfocamos en descubrir qué es lo que le preocupa al perro para que no pueda soportar estar sentado en un sitio público, en vez de seguir insistiendo en obligarle a permanecer allí?
En el momento en que sometemos a nuestro compañero a circunstancias para las que no está preparado como: calles muy ruidosas llenas de movimiento, parques con grupos de perros donde hay nerviosismo, lugares con personas que se le acercan a saludarle de forma efusiva. Lo que estamos provocando en nuestro perro es un aumento considerable de niveles estrés e inseguridad, ya que él no es capaz de gestionar todos estos estímulos.
Además, si lo vamos repitiendo a lo largo del día, de forma constante, lo convertiremos en lo que se conoce como un perro estresado. Esto puede generar que empiece con destrozos en casa, que tenga problemas para relacionarse tanto con otros perros como con personas, que aparezcan enfermedades (como por ejemplo de piel), tenga falta de concentración y un largo etcétera. Pero principalmente lo que conseguiremos es tener un perro que no sabe cómo resolver conflictos, debido a sus miedos e inseguridades que habremos fomentado sin ser conscientes de ello.
Es importante, que en las primeras etapas de convivencia con tu compañero, le permitas ser perro y empieces a observar.
Una solución al PROBLEMA
Volviendo al ejemplo inicial, si vemos que algo le preocupa, como el hecho de estar atado sin poder huir en una terraza de un bar con mucha gente, incluso con otros perros y niños jugando, podemos escoger ir a otro lugar más tranquilo para que vaya aprendiendo a gestionar esas situaciones poco a poco y vea que no pasa nada.
Es decir, si vamos a su ritmo (al que necesite cada perro), veremos que al cabo de un tiempo, nuestro compañero es capaz de quedarse tranquilo en esa terraza en la que el primer día parecía imposible.
Debemos tener muy claro, que así como pasa con las personas, cada perro es diferente. Ante un mismo escenario dos canes tendrán diferentes formas de reaccionar, dado que su estado emocional será muy distinto y el tiempo de recuperación de cada uno es probable que tampoco se asemeje.
Por este motivo, lo más importante a la hora de trabajar con perros es observarlos muy bien para entender y respetar el ritmo de aprendizaje que necesitan en cada caso y acompañarlos en todo momento.
Con esto no queremos decir que el adiestramiento sea algo negativo o que no sea útil, sino que es importante saber utilizarlo correctamente, dejando que el perro sea tal y como es y nos muestre en todo momento sus miedos y preocupaciones para evitar problemas más adelante.
CONCLUSIÓN
Desde nuestro punto de vista: Si veis a vuestro compañero nervioso ante una situación, no le obliguéis a nada, no le ordenéis una acción. Observar e intentar comprender qué es lo que le provoca ese estado y buscar la forma de trabajar el estímulo que le produce nerviosismo, inseguridad o miedo.
Veréis que, al ayudarle, ganaréis confianza, aumentaréis el vínculo con él y además solucionaréis muchos posibles problemas en un futuro próximo.
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