El caballo es un noble animal de compañía que desde tiempos remotos ha convivido con el hombre. Quizá no es la mascota más habitual, pero quién posee un caballo disfruta de la sensibilidad que desprende este bello animal.
Los movimientos de un caballo al galopar despertarán todos los sentidos de quienes le observen.
La fascinación que rodea todo lo referente al equino ha provocado que el éste haya estado presente en las películas desde los comienzos del cine, inventado por los hermanos Lumière en 1895. En sus comienzos el cine era mudo y para que la audiencia pudiera comprender mejor la historia se requería un mayor énfasis en el lenguaje corporal de los actores. Así, desde el principio, animales como los perros, los caballos y las gallinas han compartido escena con los protagonistas de las películas.
El Western: época de esplendor
Sin duda, este género cinematográfico es el que más ha utilizado la figura del equino como parte del reparto. Los vaqueros, siempre acompañados de sus caballos, y los indios, sin separarse de los suyos, han conseguido que la presencia de este bello animal sea tan vital como la de los míticos personajes del Oeste.
El cine ha creado unas connotaciones que nos enseñan a diferenciar unos caballos de otros. Es habitual relacionar siempre los equinos oscuros con los de los "malos" y los de tonos más claros con los caballos de los "buenos". Pero sean de un color u otro, los ejemplares sobre los que montaban héroes y tiranos siempre aparecen de una única tonalidad frente a los de raza india, que se muestra de dos colores debido a que los indígenas pintaban a sus potros con las mismas pinturas de guerra con las que maquillaban su rostro.
Sin lugar a dudas, el caballo ha sido fundamental para hacer posible este tipo de películas. Hace 100 años se estrenó en las carteleras norteamericanas "Asalto y robo al tren" del director Edwin Stranton Porter. Esta película narra la aventura de unos bandidos que asaltan un tren de mercancías. Esta producción ya mostraba el importante papel que desempeñan los veloces caballos.
El caballo como protagonista
La industria del cine mueve mucho dinero, por lo que el elenco tiene que ser escogido con enorme cuidado. A la hora de seleccionar a un caballo para que participe en el rodaje de una película, es necesario tener siempre presente las necesidades que exija el guión: adiestramiento, color, perfil, etc., pero además, el director tiene que contar con la ayuda que le facilitará la experiencia de un profesional del mundo equino para escoger al ejemplar adecuado.
Un caballo que desempeñe las funciones de artista debe tener un adiestramiento específico para no asustarse cuando se rueden escenas donde el sonido sea fuerte y estrepitoso como, por ejemplo, el de un tiroteo. Los mecanismos de defensa de los caballos hacen que se alejen velozmente ante la amenaza de un ataque. Ellos huyen para sobrevivir, por lo que para trabajar en un rodaje es imprescindible que hayan recibido una instrucción.
Posiblemente, sin la figura del adiestrador el caballo no sería capaz de actuar como le vemos hacerlo en numerosos películas. Aún así, el equino debe poseer innatas dotes de actor, ya que habrá escenas en las que intervenga solo, sin jinete: el caballo es derribado, cae al suelo y debe permanecer varios segundos inmóvil.
Son numerosas las proyecciones en las que este animal ha actuado como protagonista: "El hombre del río Nevado", "Vidas rebeldes", "El corcel negro" o "Spirit", "El corcel indomable". No obstante, aún sin ser las estrellas, el cine nos deja imágenes imborrables en las que han intervenido los caballos, como la superproducción "BEN-HUR" y su famosa carrera de cuadrigas.
Concentración imprescindible
Al comenzar el rodaje de una película, el caballo puede encontrarse nervioso: su carácter asustadizo hará que al principio no consiga concentrarse. Para evitar esta situación o, por lo menos suavizarla, el animal y el actor tienen que entablar una relación de confianza, por eso en los primeros contactos es imprescindible que consigan inspirarse seguridad el uno al otro.
Los masajes, las caricias y las atenciones al caballo suelen tranquilizarle antes de comenzar a rodar. No es lo mismo seleccionar a un potro para grabar escenas salvajes, que a otro para las de acción, o a otro cuyo papel sea el de ir de paseo por los bosques. En una escena de acción, los movimientos bruscos pueden desencadenar que el equino padezca luxaciones o, simplemente, sufra estrés por el ajetreo.
Una vez finalizada su intervención, es aconsejable que el potro se someta a un tratamiento físico y mental. Un masaje curativo realizado por un especialista produce la liberación de endorfinas, sustancias responsables de la sensación de bienestar.
El caballo andaluz
El Pura Sangre Español es un animal de indiscutible belleza, posee un magnífico temperamento, es dócil y de fácil trato. Una de las principales características que hay que destacar de este ejemplar es su inteligencia. Tiene gran capacidad de aprendizaje y buena memoria, por eso el caballo andaluz ha sido utilizado en numerosas producciones cinematográficas.
En superproducciones como "Alejandro Magno" o "Las Dos Torres", perteneciente a la trilogía de "El Señor de los Anillos", los caballos han ocupado un papel muy importante.
Sus protagonistas han viajado a lomos de los mismos conquistando ciudades o logrando alcanzar el objetivo propuesto.
Ricardo Cruz, uno de los más importantes domadores y especialistas de caballos del mundo asegura que doce caballos de pura raza española fueron los protagonistas para representar a "Bucéfalo" el caballo del legendario Alejandro Magno.
Para concluir, recalcar que el caballo es un excelente animal que siempre ha estado al servicio del hombre, ayudándole en otros tiempos con el duro trabajo o cubriendo diferentes disciplinas hípicas o, en este caso, deleitándonos con su presencia en la gran pantalla.