El envejecimiento en los gatos va apareciendo gradualmente. Su metabolismo se hace más lento, menos activo y sus órganos empiezan a fallar. Puede volverse gruñón, no oír o ver bien. Ya no le prestará atención a su acicalamiento, aunque si hay gatos jóvenes ellos se encargarán de mantenerlo limpio. De no ser así, el dueño debe limpiarlo y cepillarlo más veces que las de costumbre.
Aprovechar para buscar abultamientos o hinchazones en su cuerpo. En caso de ser así, acudir inmediatamente al veterinario.
Se debe revisar la boca en busca de depósitos de sarro, lo cual podría causar infecciones, pérdida de dientes, dolor y por lo mismo no comerá.
La mayor parte de su tiempo la pasará dormido, como cuando era recién nacido, por lo que se debe cuidar que su cama esté en un lugar libre de humedad o frío. Puede empezar a perder el sentido de orientación, por lo mismo hay que evitar que salga. Tener más de un arenero si la casa es grande le ayudará mucho.
Se recomienda alimentarlo con comida especial para gatos ancianos o al menos reducir la ración que se le da para evitar que engorde. Al ir perdiendo el sentido del olfato y gusto será necesario calentar su alimento para que el olor y sabor sean más intensos. Se puede mezclar un poco de atún o sardina.
No debe dejarse su calendario de vacunación, un gato anciano es más propenso a las enfermedades.
Ya no jugará como antes, en ésta etapa es preferible no molestarlo y si quiere jugar que sea por cortos periodos.
La llegada de un nuevo gatito la gran mayoría de las veces le da nuevos ánimos al gato anciano, pero principalmente no lo descuides, debes darle igual o mayor atención que al nuevo gatito.
Acudir al veterinario en caso de encontrar cualquier comportamiento inusual.