El hombre llamó a la ONG Chula Vista Animal Care Facility para que los recogieran y así fue. Por reglamento del refugio, se deben separar perros de gatos, pero al hacerlo Julieta dejó de comer y Romeo de jugar. Hicieron una excepción y ahora están nuevamente juntos esperando que una familia los adopte, con la condición de que no sean separados.
Esperemos que esta historia no termine como la de los Amantes de Verona.
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