En realidad no es que sea un secreto, es que muchas veces, como propietarios, se ignoran pequeños detalles que son los que marcan grandes diferencias, en este caso, en las diferentes conductas que lleva a cabo el perro al cabo del día.
Muchos propietarios se preguntan: “¿por qué yo no consigo que mi perro haga sus necesidades fuera?”, “¿por qué no consigo que se calme en algún momento del día?”, “¿por qué mi perro no sabe comportarse como debiera?”… Hay muchos factores que influyen, y que se engloban en ese desconocimiento sobre psicología canina, sin embargo, ese secreto del que hablo y al que me refiero es ni más ni menos que la rutina.
Pasan muy desapercibidas y están muy infravaloradas, pero marcar unas rutinas diarias a tu perro le harán cambiar su comportamiento dando un giro de 180 grados a su conducta. Las razones son muy sencillas:
Con las rutinas equilibrarás el reloj interno de tu perro: gracias a un horario estricto, su reloj biológico se pondrá en hora y regulará todo su sistema fisiológico: las ganas de comer, las ganas de ir al baño, las ganas de dormir… Si tú estableces un horario de comida, no tendrás problemas de inapetencia, de falta de apetito, etc. Ya sabes cómo funciona esto: cachorros menores de 6 meses deben comer 3 veces al día, cachorros mayores de 6 meses y perros adultos deben comer dos veces al día, siempre a las mismas horas y dejando el cuenco solo 15 minutos (haya comido o no). Con las horas de salidas a la calle todavía hay que ser más estricto: si siempre sales a la calle a las mismas horas, su cuerpo pedirá orinar y evacuar puntualmente, facilitando que no haga nunca sus necesidades en casa y siempre las haga en la calle. Con el dormir, pasa lo mismo: el descanso es fundamental y hay que respetarlo, tanto el descanso diurno como el sueño nocturno.
Con las rutinas mejorarás su equilibrio emocional: esto originará que su confianza y seguridad se refuerce. Los perros son animales de rutinas y si ellos “cumplen con su agenda” se mostrarán más relajados, más confiados y más equilibrados en definitiva. Cualquier trastoque de la agenda, puede derivar en conductas que no entendamos: de repente se orina dentro de casa cuando nunca lo había hecho, etc. Cuando observes que tú perro te sorprende con una conducta inesperada, reflexiona sobre si su rutina se ha visto alterada.
Con las rutinas diarias de ejercicio físico lograrás el perro perfecto. Soy muy pesada en este sentido, pero si hay perros que no acaban de portarse bien, eso es por la falta de ejercicio. La falta de ejercicio en un perro es la principal causa de sus indeseadas conductas: ladrido excesivo, destrozo de cosas, hoyos en el jardín, etc. La rutina de ejercicio debe empezar a primera hora de la mañana. Cuando un perro se acaba de despertar es cuando más energía tiene. Lo último que debemos hacer es levantarnos, sacar al perro a hacer su pipí mañanero y vuelta a casa. ¿Dónde está el ejercicio ahí? ¿Y te extraña que se pase la mañana ladrando o haciendo travesuras? La primera salida de la mañana debe ser la más intensa en actividad física: hazlo correr, jugar en el parque… Si, sé que muchos me diréis que vais de cabeza y con prisas porque tenéis que ir al trabajo, y yo siempre respondo lo mismo: lo mejor para no ir de cabeza es levantarse media hora antes. ¡Todo es cuadrar! Lo que no puede ser es querer que nuestro perro se porte de lujo sin nosotros mover un dedo. No hay varitas mágicas, hay responsabilidades.Como ves, las rutinas son el secreto para mejorar el comportamiento de nuestro perro. Si algún día tu perro te sorprende con una conducta que te descuadra, averigua si has roto con alguna rutina, porque el problema puede venir de esa alteración. Si vuelves de nuevo a la rutina, todo se volverá a regular, eso sí, siempre reforzando a tu perro con buenos elogios y caricias.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino "Cómo Educar a un Cachorro"
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