La diferencia que existe entre inteligencia e instinto está basada en la experiencia. Cuando un animal realiza algo instintivamente es porque no ha sido influenciado por experiencias anteriores. El adiestramiento y su facilidad de aprendizaje serán los puntos primordiales encargados de desarrollar su inteligencia, a partir de la cual nuestro perro será capaz de, por ejemplo, abrir una puerta, apoyando su pata en el picaporte.
La procedencia de sus conductas
'Es difícil llegar a comprender las emociones y sentimientos de un animal, pero una forma de hacerlo es comparar las estructuras físiológicas y anatómicas de animal con las del mamífero superior con el que conviva y ver que son similares', explica Miguel Ibáñez Talegón, Profesor de Etología Animal en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Además, añade que son muchos los estudios y trabajos que han demostrado que el funcionamiento de los elementos estructurales del sistema nervioso central, referentes a la fisiología del animal y la genética, funcionan de forma parecida.Para averiguar el porqué de comportamientos anormales o alterados hay que saber el lugar de donde proceden estas conductas, es decir, descifrar la causa etológica. Este análisis conlleva un largo proceso, en el que se realizará una amplia entrevista donde se valorarán los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta. Cuando se tiene claro el diagnóstico, llega el momento de aplicarle una terapia de conducta y otra farmacológica.
¿Los animales piensan?
Es evidente que nuestro intelecto se encuentra muy por encima de las posibilidades de cualquier especie conocida, pero, a diferencia de lo que muchas personas creen, los animales comparten con nosotros numerosos rasgos psicológicos en lo que al pensamiento se refiere. Así, un experto en psicología experimental de la Universidad de Granada, Matej Hochel, asegura que "el entorno natural da lugar a muchas situaciones impredecibles que, para muchas especies, serían un gran obstáculo a la hora de intentar sobrevivir únicamente con nociones genéticas y nociones automatizadas".Además, constata que el conocimiento se propaga en grupo: "las ratas evitan los alimentos envenenados una vez que han visto que otra de su especie a muerto o ha sufrido malestar al ingerirlos. Así, las crías aprenden de sus padres a no ingerir dichos productos, aunque no hayan presenciado las consecuencias que ocasionan. Esta atención activa del animal y su aprendizaje corroboran su inteligencia". Matej Hochel asegura que muchos expertos de laboratorio confirman que existen ciertas especies con muchas destrezas mentales, que anteriormente se creían únicas en el ser humano.
Investigar el pensamiento de un ave o un mamífero no es una tarea sencilla, puesto que se da una clara ausencia de lenguaje, por lo que la creatividad del investigador tiene un papel fundamental. ?De esta forma?, explica este catedrático de la Universidad de Granada, "el experimentador pone al descubierto los problemas que permitan discernir el comportamiento automático de una actuación pensante. Esta labor es más sencilla cuando el animal se presenta ante alguna situación de peligro o de novedad, donde hay poca probabilidad de que dé con la respuesta correcta si sólo recurre a una conducta automatizada".
La prueba del espejo
A la hora de poner a prueba la conciencia animal, la mayoría de los expertos recurren a la prueba del espejo. A través de ella se sabrán las cualidades y disposiciones perceptivas que posee cada especie y, en concreto cada individuo. En el caso de que un perro no responda a las capacidades necesarias para realizar este experimento, se analizará su capacidad mental de un modo más natural, ya que así no se verá obligada a adquirir capacidades que no entran dentro de las innatas o habituales. El test del espejo, ideado por Gallup, examina la conciencia reflexiva del animal.El primer experimento se realizó con unos chimpancés, que después de una larga temporada viéndose en el espejo, fueron anestesiados para marcarles círculos rojos en la frente y en las orejas. En cuanto despertaron y se miraron en el espejo, su primera reacción fue llevar la mano al lugar donde se habían puesto los círculos. "Esta situación evidencia que los animales se reconocen en el espejo. Aunque el test se ha realizado a diferentes mamíferos, sólo los monos y los delfines a respondido correctamente", afirma Matej Hochel.
Son muchas las personas que se asombran de las actitudes y reacciones de sus mascotas. En muchas ocasiones, parecen comportamientos instintivos, pero en la mayoría de los casos se basan en el aprendizaje o la experiencia a la hora de actuar de una determinada forma u otra.