Un buen número de veterinarios aplican y estudian el efecto de la homeopatía en los animales, como los perros. Los criterios a seguir son similares a los que usamos entre nosotros; es decir, el tratamiento homeopático se basa en la propia capacidad que tiene el organismo de curarse a sí mismo. Todo ello a base de ingredientes naturales, de procedencia vegetal, mineral o animal. Éstos se diluyen en agua, que el perro debe tomar un cierto número de veces al días.
Los productos especiales para esta terapia alternativa pueden obtenerse en farmacias, herbolarios o en la consulta de un homeópata. En todo caso no debemos jamás administrarlos al animal por nuestra propia cuenta, ya que podríamos dañar su organismo. Es absolutamente necesario que consultemos previamente el uso de estas sustancias con un veterinario convencional y con un veterinario experto en homeopatía canina.
Estos productos pueden tener forma de gránulos, glóbulos (pequeños tubos) o gotas. Se recomienda depositarlos bajo la lengua del animal para una mejor absorción, con la boca bien limpia, habiendo comido al menos 15 o 20 minutos antes. Los gránulos también pueden deshacerse en un poco de agua y ser administrados con una jeringuilla, o bien introducirlos en piezas de comida. En cualquier caso, como decíamos anteriormente, es necesario consultarlo con un profesional.
De todas formas, existen muchas maneras de aplicar la homeopatía en nuestro perro. Algunos profesionales apuestan, por ejemplo, por incluir levadura de cerveza en la dieta del animal, o por bañarle con jabones naturales que contengan esencias de lavanda o eucalipto.
Son muchos los beneficios de esta técnica para nuestra mascota. Es muy utilizada para tratar afecciones dermatológicas, así como enfermedades de los huesos (artritis, reúma…) o dolencias digestivas. Además, ayuda a eliminar problemas de comportamiento como la agresividad, el miedo o la ansiedad.
Fuente: Mundo Perro