Durante este primer año he cursado un módulo transversal, “Empresa e Iniciativa Emprendedora” y, la verdad es que no es un ámbito que me interese demasiado aunque, vaya por delante, la importancia de tener un profesor que te alegre el día y te transmita su pasión por estos temas. Qué importante es. Bueno, que me voy del tema. Aprovechando lo que he aprendido en este módulo, voy a contaros un poco más sobre el IVA que sé que hay algunos como yo (antes, claro) que no tienen ni idea de esto.
En primer lugar, ¿qué es el IVA? Es el Impuesto sobre el Valor Añadido, es decir, un impuesto indirecto que se carga sobre el consumo y recae en los consumidores finales, o sea, nosotros. El IVA solo se paga en la península y Baleares; Canarias y Ceuta y Melilla tienen impuesto análogos (IGIC e IPSI, respectivamente) con algunos pequeños cambios.
Existen 3 tipos de IVA: general(21%), reducido (10%) y súper reducido (4%); y también hay ciertas cosas exentas de este impuesto. La cantidad entre paréntesis es la que se aplica, dependiendo del producto o servicio, al precio final.
Pues bien, los medicamentos de uso animal tienen un IVA del 10% y los alimentos del 4%. Hasta ahí, aceptamos. Pero una operación, por ejemplo, tiene ni más ni menos que un 21% de IVA. Una verdadera locura.
Antes de 2012, teníamos un IVA veterinario del 8%, lo cual hacía bastante asequible mantener un tratamiento veterinario o realizar X cirugía. Pero en ese mismo año subió, de golpe, al 21%. ¿Por qué? No sabría deciros con exactitud; en mi opinión: los animales no les importan. Quizá porque no nos damos cuenta de que nosotros también somos animales e, indirectamente, esta falta de consideración hacia la salud veterinaria influye en la salud humana. Sin ir más lejos, en las zoonosis (enfermedades que comparten humanos y animales no humanos), pero no se dan cuenta.
La salud veterinaria es un ámbito de la salud realmente estratégico y con mucho potencial, ya que casi el 50% de la población española comparte su hogar con una mascota.
Hemos comentado hasta la saciedad, tanto en este blog como en otros, la importancia vital de una (o dos) visitas anuales mínimas al veterinario. El elevado coste de las consultas y demás servicios, por culpa, precisamente del IVA, hace que muchos humanos no puedan llevar a revisiones a sus mascotas y, en los peores, casos, realizar operaciones que puedan salvarles la vida.
Hace unos meses, se aprobó rebajar el IVA veterinario del tipo general al reducido. Y hace una semana, el Congreso lo rechazó al contar con la falta de apoyo por parte de PP, Ciudadanos y PNV.
No voy a entrar en hablar de política ya que tengo la costumbre de no hablar de lo que no sé (y sinceramente no tengo ni idea de política) y tampoco considero que este tema tenga cabida en el blog. Pero que cada uno entienda lo que quiera, yo solo sé que es una pena que ciertos partidos consideren un “lujo” el compartir su vida con un animal. Un animal que tiene el mismo derecho a tener una sanidad de calidad que cualquier humano.
Como dijo Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales”