En primer lugar tenemos que tener claro si nuestro perro es pasivo o activo. Si es pasivo, podemos intentar darle la medicación nosotros solos pero si es más bien activo, necesitaremos a alguien que le sujete.
La medicación oral de la que hablamos hoy es aquella líquida que debemos dar por la boca con jeringuilla.
Debemos comprobar muchas veces antes de darle la medicación, la cantidad exacta que nos haya preescrito el veterinario ya que un exceso o déficit puede provocar graves problemas. También tenemos que tener en cuenta si hay que administrar el jarabe con el estómago lleno o vacío y si puede tomar algo justo después. Todo esto nos lo habrá especificado el veterinario, claro, pero si no lo recordamos con certeza, siempre podemos llamar para asegurarnos.
Si sois dos personas, funcionará así:
Uno sujetará al perro (B), poniéndose por detrás para evitar que recule y sujetando la cabeza para que la otra persona pueda introducir la jeringuilla.
El que dé el medicamento (A) debe abrir la boca, introducir la jeringa por un lado y detrás del colmillo, casi llegando a la muela carnicera, apuntando a la garganta presionaremos a una velocidad media (ni muy rápido ni muy lento) el contenido. Si el medicamento sabe bien puedes echárselo por delante, en la lengua. Retiramos la jeringa.
(B) cerrará la boca y levantará la cabeza mientras (A) realiza un masaje en la garganta para favorecer que trague.
(A) y (B) le darán, siempre que el veterinario lo permita, unas chuches para hacerle pasar el mal trago.
Si lo hace una persona sola, bien porque tenga una experiencia o porque el perro sea muy muy muy tranquilón:
Con el cuerpo y las piernas sujetará al perro para evitar que recule.
Con una mano sujetará la cabeza y abrirá la boca.
Con la otra mano, tendrá la jeringuilla entre los dedos pulgar, indice y corazón mientras abre la boca con los otros dos dedos.
En este caso, debe ser una maniobra muy rápida y sin dudar, porque sino acabaréis los dos llenos de jarabe.
Dar chuches a petición.
Mi recomendación es que siempre lo hagáis dos personas, por comodidad para los tres.
Habrá medicación que venga en ampollas (mucho cuidado al abrirlas, que te vas a cortar casi seguro), que sea necesario recogerlo con aguja tendremos mucho cuidado de quitar la aguja antes de meterlo en la boca del perro. NUNCA SE DA LA MEDICACIÓN ORAL CON AGUJA.
Y habrá otras que se recojan con la jeringa directamente sin aguja por su densidad.
Si vamos a reutilizar las jeringas, debemos lavarlas con agua abundante y dejarlas secar al aire para retirar todo el producto que pueda quedar así evitamos que crezcan bacterias y se contamine el bote al volver a introducirla.
Esto son unos tips muy sencillos para que resulte más fácil, pero recuerda que siempre debes preguntarle a tu veterinario cómo hacerlo.
Y, sobre todo, nunca mediques a tu perro (o cualquier mascota) sin el que lo recomiende un veterinario especializado.