La procesionaria es una oruga con pelos urticantes que se llama así porque nunca va sola: siempre va en fila como si de una procesión se tratase. Esta “procesión” se lleva a cabo única y exclusivamente en los pinos (aunque también pueden encontrarse en cedros y abetos), de los cuales bajan para llegar al suelo para enterrarse y formar una crisálida.
Desde los meses de octubre a marzo, viven en las ramas de los árboles en una especie de bolsas que crean donde hibernan hasta que llegan las buenas temperaturas. Es entonces cuando, entre abril y junio, bajan de esas bolsas, en procesión y cuando realmente son un peligro, no tan solo para ti, sino sobretodo por el perro.
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Son peligrosas para ti y tu perro, porque aunque no las vayas a tocar, sueltan de su cuerpo esos pelos urticantes que pueden alojarse en los ojos, nariz o boca, creando una reacción alérgica impresionante. Sin embargo, los perros se ven atraídos por estos animales que se mueven, y cuando van a olerlos o incluso a lamerlos, empieza un calvario para el perro. También se da el caso, de que el perro no vea esa procesión y la pise con las almohadillas.
Las toxinas que residen en estos pelos son tan urticantes, que si no acudes urgentemente al veterinario, tu perro podría perder la vida en cuestión de 3 ó 4 horas.
¿Cómo puedes saber si tu perro ha estado en contacto con la procesionaria?
En un primer momento, tu perro no parará de rascarse con las patas el hocico, restregará la cabeza por el suelo o paredes intentando calmar el picor.
En un segundo estadio, empezará a inflamarse la lengua, nariz, e incluso la cabeza.
En un tercer estadio, tu perro puede entrar en shock anafiláctico, presentando convulsiones que le lleven a la muerte.
Reaccionar a tiempo es vital. Si observas en un primer momento que tu perro ha estado en contacto con estas orugas, intenta lavar, no frotar nunca, la zona de lengua, hocico, etc, con agua templada a caliente con el fin de que se abran los poros y pueda soltar algún que otro pelo. A continuación, corre urgentemente con tu perro al veterinario e infórmale de lo sucedido para que el profesional pueda actuar y someterle a un tratamiento efectivo.
La mejor forma de evitar la procesionaria, es evitar ir con tu perro por zonas con pinos durante los meses de marzo a junio. Si te gusta pasear por el campo o practicar senderismo, huye de estas zonas porque las consecuencias pueden ser desastrosas.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”